El servicio es el acto más noble que podemos ofrecer a nuestros semejantes. No se trata simplemente de una acción desinteresada, sino de un legado de amor, cuidado y compromiso hacia los demás y hacia el mundo que nos rodea.
Cuando brindamos servicio, extendemos nuestra mano para sostener a aquellos que lo necesitan, ofrecemos nuestra ayuda sin esperar nada a cambio y nos convertimos en agentes de cambio positivo en la vida de los demás.
El servicio no se limita a gestos extravagantes o a actos monumentales. A menudo, se encuentra en las pequeñas acciones cotidianas: una sonrisa cálida, una palabra de aliento, escuchar atentamente a alguien que necesita ser escuchado o ayudar a alguien en apuros.
Cada acto de servicio es una semilla que plantamos en el jardín de la humanidad. Cada vez que extendemos nuestra mano, dejamos una huella de compasión, empatía y solidaridad en el corazón de aquellos que tocamos.
El servicio nos conecta con una parte más profunda y altruista de nosotros mismos. Nos recuerda nuestra interconexión con los demás y la importancia de contribuir al bienestar colectivo.
Además, el servicio no solo beneficia a quienes lo reciben, sino también a quienes lo ofrecen. Nos enriquece interiormente, nos llena de satisfacción y nos brinda un propósito mayor en la vida.
Convertir el servicio en un estilo de vida es una elección consciente, una decisión de vivir cada día con la intención de hacer del mundo un lugar mejor. No importa cuán grande o pequeño sea nuestro acto, cada gesto cuenta y hace una diferencia.
En un mundo a menudo marcado por la individualidad y la competencia, el servicio es un recordatorio poderoso de que la verdadera grandeza reside en nuestra capacidad para elevar a los demás, para compartir nuestros dones y para ser un faro de esperanza en medio de la oscuridad.
Por lo tanto, que el servicio sea nuestra bandera, nuestro legado. Que nuestras vidas estén marcadas por la generosidad, la compasión y la voluntad de hacer del mundo un lugar más amable y compasivo para todos. Porque, en última instancia, el servicio no solo transforma vidas, sino que también nutre el alma y enciende la luz del amor incondicional en el corazón humano.
-Sirve el sol que extiende la mano y acaricia las hojas,
-Sirve el viento que mece las olas y transporta las naves.
-Sirve la nube que descarga lluvia,
-Sirve la flor que alimenta al insecto.
-Sirve el árbol que sostiene los nidos de las aves,
-Sirve el río que descarga las aguas de los montes.
-Sirve el fuego cuando quita el frío, sirve el arado que penetra la tierra,
-Sirve el hielo que destrute la plaga,
-Sirve el grano que fecunda el surco,
-Sirve el libro cuando es leído.
-Sirve la luz, sirve la sombra,
-Nada hay en este mundo que no sirva,
-Servir es el sentido de la vida,
-Servir es el sentido de las cosas.
SERVIR: Es el don de la excelencia.
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