La
gente se amarga porque tiende a sobredimensionar los problemas simples, dice
psicólogo español.
La raíz de buena parte de los problemas emocionales de
las personas está, a juicio del psicólogo cognitivo y escritor catalán Rafael
Santandreu, en el tono exagerado y sobredimensionado que éstas suelen
imprimirles a los problemas de la vida, incluso a los más sencillos. Mejor
dicho, a la tendencia a armar una tormenta en un vaso de agua.
"Las
personas les ponen la etiqueta de 'terribles' a las cosas que no lo son:
anticipan las desgracias, se toman a la tremenda las adversidades y viven
dándoles vueltas a esos pensamientos negativos", dice Santandreu, de 41
años y autor del libro El arte de no amargarse la vida (Planeta).
Él parte de la premisa de que la hiperexigencia de la
sociedad actual genera neurosis en las personas, las sobrecarga y enferma,
"solo aquellas que tienden a no exagerar las adversidades y aprenden a
convivir con ellas, logran el equilibrio emocional", dice.
¿Quiénes
son los amargados?
Esas
personas que son muy vulnerables a las emociones negativas. Vale aclarar que es
normal experimentar a veces tristeza, nerviosismo o ansiedad. Lo que no es
normal es que los individuos caigan en la dinámica constante de experimentar
emociones negativas intensas, porque todo los afecta.
¿Por qué se amarga la gente?
Hay muchas razones, pero quizás las "neuras"
reinas son las relacionadas con el amor mal llevado y el desamor. Las consultas
de los psicólogos están llenas de gente con el corazón roto. A esas se suman
las generadas por la baja autoestima, es decir, por el hecho de verse y sentirse
inferiores a los demás.
¿Qué
de malo tiene pensar que algo puede salir mal?
No
se trata de atajar las premoniciones; a lo que me refiero es a que la gente no
debería preocuparse tanto si algo le sale mal. Un rasgo de las personas mental
y emocionalmente fuertes es que no viven pensando en que algo puede ir mal; se
niegan a que suceda algo terrible, aprenden a ser felices, aunque ciertas cosas
no funcionen.
Según usted, amargarse o no la vida depende, en buena
parte, de los pensamientos...
Entre el 90 y el 95 por ciento del asunto que nos amarga
depende solo de nuestro pensamiento, no de las circunstancias externas. Aunque
a muchos les cueste creerlo, las cosas no tienen, en sí mismas, una valoración
positiva o negativa. Adquieren una u otra dimensión, a partir del tamiz por el
que las pasen las personas.
¿Qué
es la "terribilitis" de la que habla?
Es
el mal del siglo XXI, podemos darles ese diagnóstico a todas las personas
neuróticas. Yo, por ejemplo, hace rato les retiré a todos mis pacientes las
etiquetas clínicas habituales de depresivo, ansioso o bipolar; a todos les digo
que lo único que tienen es 'terribilitis', así defino la tendencia a calificar,
a evaluar, como muy malas o terribles todas aquellas cosas que en realidad no
lo son.
Cuáles son las "veinte mil adversidades" que
menciona...
Me refiero a que a lo largo de la vida podemos
enfrentarnos a miles de adversidades, a veinte mil adversidades de todo tipo,
desde pisar caca de perro y recibir una multa, hasta enfermar. Cuando esto
ocurre lo que cabe es aceptarlas como vienen y afrontarlas de la mejor manera;
ayuda mucho ser conscientes de que hay mucha gente en el mundo afectada por
adversidades parecidas o distintas, y que de todos modos se puede ser feliz.
¿Y
si lo que hay en el fondo no es amargura sino un trastorno del ánimo real?
Pues
yo me concentro en cerca del 90 por ciento de las depresiones reactivas o
menores, que emergen cuando la persona tiene una mala filosofía de vida. Estos
casos los abordo con tratamiento cognitivo o racional. Y la gente cambia,
increíblemente...
Más inteligentes emocionales
En 1983, el psicólogo estadounidense Howard Gardner,
reconocido por sus estudios sobre inteligencia, acuñó el término inteligencias
múltiples para referirse a otras dimensiones de esta capacidad.
Según él, además de la intelectual, hay otras modalidades
que se expresan en unas personas más que en otras. Una de ellas es la llamada
inteligencia emocional, que este especialista definió como la capacidad que
tienen algunos individuos para resolver problemas ligados con las emociones.
Los
poseedores de esta inteligencia pueden tomar decisiones con facilidad cuando
están afectados por emociones negativas, causadas por las adversidades. No solo
pueden remontar crisis emocionales propias sino comunicarse con otras personas
en estos estados.
¿Cuándo buscar ayuda?
La psiquiatra
colombiana Yezmín Abrahim llama la atención sobre la importancia de diferenciar
los problemas de ánimo comunes de trastornos mayores, como la depresión y la
ansiedad, que ameritan tratamiento especializado.
Las
personas deprimidas, señala la psiquiatra, no están simplemente desanimadas,
"son presa de una tristeza profunda y una desesperanza de la que no
perciben salida; en ese punto hay que buscar ayuda especializada", afirma.
Infortunadamente, no es fácil para los médicos generales
diagnosticar trastornos de ánimo. De hecho, un estudio del Hospital General de
Leicester (Inglaterra), que analizó datos de más de 50 mil pacientes de 10
países y cuyos resultados publicó The Lancet hace dos años, encontró que estos
profesionales sólo diagnostican la mitad de los casos de depresión.
En Colombia, según estimados de la Asociación Colombiana
de Psiquiatría, uno de
cada cuatro colombianos se han deprimido, están deprimidos o se deprimirán, de
modo que se recomienda consultar ante sentimientos persistentes de tristeza,
ansiedad o pesimismo y de pérdida de gusto por las cosas de la vida.
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