En uno de sus cuentos el escritor argentino Borges trae esta frase
lapidaria: "No hay un día ni siquiera de cárcel o de hospital que no
traiga sorpresas".
Pueden ser sorpresas mínimas, pero allí
están para ti si sabes ver y no te dejas sofocar por la rutina.
Aprecia todas las novedades que te ofrece
la vida y elige ser creativo para espantar el tedio. ¿Acaso hechos como caminar, respirar, tocar, oler
o sentir no son un permanente milagro?
Eso es lo que reconocen aquellos que
pierden algún don o una habilidad por un tiempo o para siempre.
Da gracias, entonces, por las sorpresas de cada día y convierte cada
obstáculo en una oportunidad.
La persistencia vence todas las barreras y
el amor tiene magia para sacar agua de pozos aparentemente secos.
Valora, por tanto, las sorpresas de este día y recuerda que, aún en
medio del dolor tienes muchas bendiciones.
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