Jessica Cox nació sin
brazos, pero ello no le ha impedido manejar un auto, pilotear un avión y tocar
el piano con sus pies.
Irradia buena energía, se graduó como sicóloga, da conferencias y lo ha
hecho en más de veinte países con su motivación.
Tuvo su etapa de estar malhumorada por lo que carecía, pero ahora
celebra y agradece sus logros y su vida.
Vive en Arizona y
se propuso como meta convertirse en piloto, meta que le tomó dos años.
Dice: “Es la experiencia
más increíble y renovadora que he sentido”.
En 2012 se casó con Patrick, su exinstructor de taekwondo. Jessica
además tiene dos cinturones negros.
Busca sus videos en Youtube y le dirás adiós a las quejas o dejarás de
estar inspirando lástima como una víctima.
Ella nació sin brazos por
una falla genética, no la sobreprotegieron y aprendió a defenderse con sus
pies.
Jessica es una más
entre tantos seres positivos y con fe que nos dicen: Cree, da lo mejor, ámate y
persevera.
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