Está
en tu alma, en tu fe y tu esperanza, aunque estés asolado por los zarpazos de
la fatalidad.
No es un despropósito afirmar que eres capaz de superar
cualquier barrera o escollo si te abres a lo sobrenatural.
En
otras palabras, si sientes a Dios, lo vives y lo expresas; sí Él es tu amado,
tu
escudo,
tu guía y tu amigo.
Logra que Dios sea para ti tu amado como lo fue para San
Francisco de Asís, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
Ellos y otros místicos como Meister Eckhart, Santa
Teresita del Niño Jesús, Rumi en Persia y Kabir en la India fueron enamorados
de Dios.
Su
espiritualidad profunda la vivieron en una relación constante de amor con el
Creador, el Padre o el Amigo Dios.
Es la misma relación que de modo hermoso y poético se
describe en el Cantar de los cantares de la Biblia. Léelo para tu bien.
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