Aprender
a respirar y no pretender cambiar cosas imposibles, claves para vivir con más
tranquilidad.
Luang, un monje de 40 años que le ha dedicado 20 al
aprendizaje y enseñanza de la meditación con personas de todas las razas, religiones y creencias
y, además, es máster en relaciones internacionales de la Universidad de
Thammasat, en Tailandia, habla
de cómo los seres humanos podemos alcanzar la plenitud y tranquilidad por medio
de la meditación y la respiración consciente.
El monje dice: “Si las personas se dejan llevar
por el negativismo o por los malos pensamientos, todas las soluciones se harán
inalcanzables”, asegura Luang Phi Pasura.
El monje agrega que los seres humanos respiramos todo el tiempo, pero no
sabemos cómo hacerlo adecuadamente. La respiración consciente debe hacerse de una manera
pausada y analizando que el aire que ingresa pase por todo nuestro cuerpo.
¿Cómo meditar?
Meditar
es la técnica para mantener la mente quieta, en paz y enfocada. Busca
mantener el balance entre concentración y relajación para que podamos estar
conscientes sin estar tensos, hasta que la mente desarrolle algo que llamamos enfoque y
concentración, lo que genera claridad.
La forma de hacerlo correctamente es relajarse, pero manteniendo la conciencia
usando diferentes técnicas para reconocer dónde está la mente. Así sea por
medio de la respiración, repitiendo un mantra o visualizando un objetivo.
Paso
a paso
1.
El gran reto: empezar por uno mismo
Es necesario tomar la decisión de cómo sentirse frente a
los problemas y las situaciones que, definitivamente, no podemos cambiar. Para
esto es necesario tener la
conciencia en uno mismo y evitar que lo que ocurre alrededor pueda llegar a
perturbar. Ese proceso se llama atención plena, momento en el que llamamos cosas
más positivas para enfocarnos.
2.
Comenzar la jornada diaria de manera positiva
Despertar,
respirar, cerrar los ojos por un momento y no dejarse llevar por los malos
pensamientos es clave para mantener una buena aura durante toda la
jornada. Además, el monje aclara que cuando una idea positiva es recurrente, se
desaceleran los pensamientos que generan estrés.
3.
Ser realistas, dejar de quejarse y tomar decisiones
La
meditación nos ayuda a ser realistas frente a las malas situaciones que
afrontamos en el día a día, razón por la cual podemos observar con mayor
neutralidad lo que sucede a nuestro alrededor. “No sacamos nada quejándonos del cambio climático si no
nos preocupamos por reciclar un poco”, menciona el monje.
4.
Comprender las diferencias y respetar a los demás
Cuando hay un entendimiento propio se puede entender a
las demás personas. Adicionalmente, vale la pena recordar que como seres
humanos tenemos un objetivo en común: la paz con nosotros mismos. Esta podrá alcanzarse si se aprende a escuchar y a entender a la gente
que comparte un mismo espacio.
5.
Igualdad: tratar al otro como queremos que nos traten
Para alcanzar un poco de paz interna y replicarla con los demás, hay
que tratar a las personas de la manera como quisiéramos ser tratados. No
hay forma coherente en la que los seres humanos podamos alcanzar plenitud entre
nosotros mismos si no toleramos u aceptamos la opinión de los demás.
6.
Enseñar por medio del ejemplo
Hay que procurar tener comportamientos que pueden ser copiados
positivamente por las demás personas, aun cuando el estrés diario lo
muestre como imposible. De esta forma serán más las buenas acciones y los
pensamientos que se podrán reproducir en la sociedad.
7.
No dejarse robar la paz por la rabia
El monje explica este consejo por medio de un ejemplo:
“Si de 86.400 segundos que hay en un día, una persona te arrebata 10 por un
disgusto, y tratas de obtenerlos de vuelta, tendrás que gastar más de tu tiempo para intentar estar
bien. Entonces hay dos opciones: tratar de obtener de vuelta los segundos
o respirar profundo y
aceptar la situación sin darle mayor importancia.
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