"Cuando tocamos algo, dejamos nuestras huellas
dactilares.
Cuando tocamos la vida de
la gente, dejamos nuestra
identidad.
La vida es buena cuando estás feliz; pero
la vida es mucho mejor cuando los demás son felices gracias a ti.
Ser fiel a tocar los corazones de los demás es una inspiración.
Nada es más importante y
digno que la práctica de
ser un canal de bendición de Dios.
Nada en la naturaleza vive para sí mismo. Los ríos no beben su propia agua, los árboles no
comen su propia fruta, el sol no brilla para sí mismo y las flores no extienden
su fragancia para sí mismas.
Vivir para los demás es una regla de la naturaleza.
Todos hemos nacido para ayudarnos mutuamente.
No importa cuán difícil es
la situación en la que te encuentres, sigue haciendo el bien a los demás".
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