Aprende
a convertir tus plegarias en vivencias ya que orar es más que hablar y pedir,
orar es amar.
Logra
que tu oración sea vida y que tu vida sea oración y busca estar siempre
sintonizado con Dios.
Aprende
que la mejor manera de pedir es agradecer. Simplemente da gracias por
adelantado.
En lugar de decir: "Señor, dame paciencia", ora
así: "Gracias, Dios mío por la paciencia que me das".
Enriquece
tu oración con la alabanza y la gratitud. Siempre que ores abre las
puertas al perdón.
Haz
siempre oración de aceptación, entonces no peleas con la dura realidad y fluyes
con ella en paz.
Aprovecha
la magia de la música y ora con el canto y con la música. Busca en internet
música católica relajante.
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