Howard
Head, el brillante innovador que revolucionó dos deportes, al inventar el ski
metálico y la raqueta metálica de tenis de tamaño mediano, literalmente hizo de
todo.
Cuando se necesitaba barrer el piso, él lo barría, cuando la
fuerza de las ventas necesitaba una charla de estímulo, él la daba. Hacía todo
lo que se necesitaba hacer.
George Halas “Papa Bear” refiriéndose a su fundación de los
Chicago Bears decía: ” Uno
tiene que hacer cualquier cosa que sea necesaria”. Halas, miembro del
Hall de la Fama como jugador de fútbol americano y entrenador, y quién ha
tenido más triunfos que cualquier otro hombre en la historia del fútbol
americano profesional, hacía prácticamente cualquier cosa por su equipo.
Se sabía que él reparaba las duchas, marcaba el campo con la
tiza, recogía las toallas mojadas después de los entrenamientos, les vendaba
los tobillos a sus jugadores y sacaba el barro acumulado entre los tacos de sus
zapatos. En otras palabras
fue una milla más.
En el mundo hay muchos que escasamente caminan la primera
milla pero no dan más. Cumplen
apenas con su deber, pero no van más allá. Los encuentra uno en las oficinas
públicas o privadas.
Cumplen escasamente con su horario y hacen solo lo que se
les asigna. No estamos hechos para caminar una milla, sino para ir más allá.
A quien
les pida algo, dénselo, y a quien les pida prestado, préstenle.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el
Señor y no para los hombres. Col 3:23
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