Cuando
sientas que no encajas en algún lugar ora, serénate y busca una respuesta en tu
interior.
Todo tiene un sentido, casi nada sucede al azar y todo lo que vives es para aprender algo valioso.
Si estás desubicado debe ser por no buscar la paz interior, por no estar con Dios y por no fluir en el amor.
No te engañes, expande tu conciencia, decide cambiar y vuelve a lo
esencial y a dar lo mejor que puedes.
En otros casos puede suceder que ya hayas cumplido un ciclo y te niegas a soltar las amarras del barco.
Sigues anclado en un puerto que ya no te ofrece lo que ahora necesitas para avanzar.
Pide a Dios toda la fuerza de su Espíritu,
confía y suéltate porque Dios nunca te dejará caer.
Cierra
un capítulo de tu vida, toma otro rumbo y abre las puertas a nuevas
experiencias y nuevas personas.
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