Imagina
por un momento como tuvo que ser para un pastor de la época de Miguel Angel
entrar en la Capilla Sixtina y ver ese grandioso fresco.
Hoy en día son tantas las cosas maravillosas que tenemos a
nuestro alrededor pero que por estar siempre ahí no le damos la importancia que
tiene, no nos sorprendemos fácilmente.
Es una
pena que no podamos sentir lo que ese pastor sintió al entrar en esa capilla,
en una época que no había ni internet, ni era tan fácil viajar. Por eso
procura sorprenderte con las cosas bellas que tienes alrededor.
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