En cierta ocasión, Buda se vio
amenazado de muerte por un bandido llamado Angulimal.
- Sé bueno, le dijo Buda, y ayúdame a cumplir mi último
deseo. Corta una rama de
ese árbol.
Con un
golpe fiero de su espada, el
bandido hizo lo que le pedía Buda y preguntó:
- ¿Y ahora, qué?
- Ponla de nuevo en su sitio.
El bandido soltó una carcajada y dijo:
¡Debes de estar loco si piensas que alguien puede hacer semejante cosa!
- Al
contrario. Eres tú el loco
al pensar que eres poderoso porque puedes herir y destruir. Eso es cosa
de niños. El poderoso es
el que sabe crear y curar.
¡Ah, tan difícil para el humano manejar
con amor y humildad el poder y el poseer y la fama!
Son
aire fatuo que infla el Ego y lleva a los soberbios a hacer mucho daño y a
estrellarse sin remedio.
Sin lugar a dudas es claro que para
Jesús la humildad fue tan valiosa como el amor.
¿Eres
sencillo como él o arrogante con un Ego colosal?
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