Si tu meta es alcanzar un gran y maravilloso sueño,
tendrás que realizar, por más pequeños que estos parezcan, cada uno de los
detalles que amerita alcanzarlo.
Aunque
muchas veces puedan parecerte una carga o ser muy tediosos, estos detalles son
los que le van dando forma a tu sueño.
No consideres a estos detalles insignificantes o que no
tienen importancia. Si haces esto lo que conseguirás es poner al logro de tus
metas y sueños, mucho más allá de tu alcance.
Es verdad que ayuda mucho cuando delegas las tareas y
actividades a otros. Pero, para que estos se realicen con éxito, debes mostrar
mucho respeto por el valor de estas tareas y por las personas que las realicen.
Los sueños no son alcanzados por aquellos que únicamente
imaginan y piensan en ellos.
Los
sueños son alcanzados por aquellos que toman la responsabilidad de asegurarse
que esos pequeños detalles, por insignificantes que parezcan, se realicen, y se
realicen bien.
Imagina el sueño, y luego pon manos a la obra. Imagina
haberlo alcanzado y luego busca la manera de darle el tiempo que se merece cada
uno de los detalles.
Ningún
detalle es insignificante, todos ellos, combinados, convertirán tu sueño en una
realidad.
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