Aumentar
tu productividad
La
mayor parte de las personas llevamos varios proyectos entre manos al mismo
tiempo. Cuando hablo de proyectos no me refiero necesariamente a grandes logros
como puedan ser aprender un idioma o acabar la carrera.
También entran dentro de este ámbito pequeñas cosas como
sacar la ropa de verano, arreglar ese armario que lleva meses haciendo ruido o
planear un viaje durante las vacaciones. Haz la prueba y cuenta las cosas que
llevas entre manos. Tanto las grandes como las pequeñas. Como mínimo llegarás a 10
proyectos sin resolver.Si eres un poco pasota quizá no te preocupe
demasiado tener tantos frentes abiertos. Si por el contrario eres como yo y te
incomoda la incertidumbre y la poca organización, esos proyectos sin resolver
se infiltrarán en tu pensamiento en los momentos menos oportunos como por
ejemplo cuando intentas estudiar.
Seguro
que más de una vez has abierto el libro y después de un rato sigues con la
mirada fija en la misma hoja pero tus pensamientos están en otra parte.
De repente te das cuenta de tu empanada mental y tratas de volver a la lectura.
Sin embargo cuanto más te esfuerzas por concentrarte menos lo consigues.
Un
estudio ha demostrado que los proyectos inacabados no son realmente lo que nos
hace perder la concentración. Lo que nos hace perder el hilo es la
incertidumbre que se deriva de no haber creado un plan (aunque sea en nuestra
mente) para resolver nuestro proyecto. Es decir, lo que nos desconcentra no es
tener el proyecto sin resolver sino más bien el no saber cómo resolverlo.
El estudio
Primera Fase
Contado un poco de manera resumida, en una primera fase del
experimento se les pidió a los participantes que leyeran unos libros.
También se les pidió que fueran apuntando en una hoja los pensamientos
intrusivos sobre tareas inacabadas que fueran surgiendo durante la lectura.
A continuación les pidieron que trataran de elaborar un
plan para resolver esos proyectos en su mente. Por ejemplo, una persona había
tenido pensamientos intrusivos durante la lectura acerca de un viaje que aún
tenía que planear. Los experimentadores le pidieron que elaborara un plan para
organizarlo todo, como por ejemplo buscar vuelos esa misma tarde y reservar hoteles
al día siguiente por la mañana. Estas acciones no las realizó de manera concreta, simplemente planeó
hacerlas.
Segunda Fase
En
una segunda fase del experimento, todos los sujetos (incluido nuestro viajero)
volvieron a leer los libros. Supuestamente todos los sujetos ya habían
imaginado un plan para resolver los pensamientos intrusivos que habían surgido
durante la primera leída. Los resultados fueron claros: durante la segunda leída descendió el
número de pensamientos intrusivos y como consecuencia pudieron leer con mayor
concentración.
Este estudio puede parecer algo obvio. Sin embargo lo que me llama la
atención es que nuestra mente no distingue entre un proyecto acabado y un
proyecto inacabado pero planeado. Cuando elaboras un plan detallado y
específico para resolver un proyecto, automáticamente desaparece de tu mente y
deja de preocuparte. Muchas veces nos sentimos desbordados por la cantidad de
cosas que llevamos entre manos y realmente lo único que necesitamos es un poco
de organización.
La
organización y la planificación no sólo te permiten hacer un uso eficiente de
tu tiempo, sino que también te permiten focalizarte en cada cosa durante el
momento presente sin que el resto de proyectos contaminen tu concentración.
Cuando estés estudiando y algún pensamiento repetitivo
comience a infiltrarse en tu mente debes cerrar el libro de manera automática.
A continuación coge una hoja de papel e invierte 10 minutos en elaborar un plan
detallado para resolver ese otro proyecto. Seguro que cuando vueltas a abrir el libro, los
pensamientos habrán dejado de molestarte. Le habrás hecho creer a tu mente que
el proyecto ya está resuelto.
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