La lonchera escolar constituye del 10
al 15% de los requerimientos alimentarios del día y su contenido y cantidad
deben estar acordes con la actividad física que desarrolle el niño y el tiempo
que permanezca en el plantel educativo.
Si
la jornada es hasta el mediodía, será suficiente con que lleve uno o dos
refrigerios, pero si se extiende hasta más tarde se requerirá una comida
adicional que le permita mantenerse hasta llegar a la casa.
Añade que en la lonchera nunca pueden faltar el agua y
las frutas, y que debe tener los tres grupos de alimentos: fibras (presentes en
vegetales y frutas), carbohidratos (pan, fréjoles, galletas, pastas y cereales)
y proteínas (carne de res, pollo, pescado, huevos y leche).
Si
el pequeño tiene una alta demanda de ejercicio porque hace deportes en el
plantel, hay que incluir algo energético aparte de la fruta, puede ser un sándwich con mermelada, una
barra energética o frutos secos en forma de turrón, manifiesta la
especialista.
Cuando
los chicos tienen que permanecer hasta después del mediodía en el plantel, los
padres deben mandarles un lonche más, pero no sobrecargado, para que puedan
almorzar en la casa. Es decir, no hay que enviarles el almuerzo al colegio,
porque es importante que mantengan el hábito de comer en casa y si es posible
con la familia, afirman los nutricionistas consultados.
En
esta segunda lonchera los grupos de alimentos no cambian y que se le puede
mandar un sándwich de pollo o carne asada y lechuga o los vegetales que le
gusten al niño.
Señala
que para reemplazar el arroz se puede poner una tortilla de papa con carne, una
empanada, un shawarma
(similar a un taco) con pollo y vegetales, una tortilla de maduro o una porción
de lasaña.
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