La vida está en constante cambio, y es
por eso que debes aprender a encontrar la belleza y la plenitud en esos
cambios.
Cuando
tu tratas de aferrarte a las cosas como están, te perderás de disfrutar el proceso de cambio y de ver la
forma como las cosas se van transformando. Si te niegas o te escondes de
los cambios, te pierdes muchas oportunidades.
Abraza
el amanecer, luego el mediodía, y luego la tarde y la noche. Abraza la primavera,
el verano, el otoño y luego el invierno.
Tu no puedes aferrarte a un solo
momento.
Tu debes optar por vivir cada momento con amor, con fe y con la alegría de alcanzar tus propósitos.
Deja
que la vida fluya. La
naturaleza siempre será cambiante y será bienvenida, y tu encontrarás mil
maneras para adaptarte y aceptar cada cambio.
Sigue
adelante con alegría, con autenticidad y disfrutando las maravillas incesantes y las nuevas
oportunidades que se te presentan a cada momento.
Tu
no puedes mantenerte estático en el presente, o aferrado al pasado, lo si puedes mantener constante
es el amor que le pones a la vida.
Al que no cambia…, lo cambia el cambio.
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