La más grande y bendita esperanza que
tiene la iglesia de Cristo es el regreso de su Señor al mundo. El apóstol Pablo habla de este
magno evento con estas palabras: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y (del) Salvador Jesucristo”
(Tito 2:13). De modo que podemos afirmar que el segundo advenimiento de Cristo
y el establecimiento de su reino, son dos de los temas más importantes de la
Biblia.
De los 260 capítulos del Nuevo
Testamento, la segunda venida de Cristo es mencionada no menos de 318 veces.
Esto significa un promedio de más de una vez por capítulo. Y en el Antiguo
Testamento, profetas tales como Isaías (9:6,7; 66:15), Jeremías (23:5),
Ezequiel (21:25,27), Daniel (7:27), Joel (3:16,17), Abdías (21), Miqueas
(4:3,4), Zacarías (14:4,5,9), Habacuc (2:2.3), Sofonías (1:14; 3:15), Hageo
(2:7) y Malaquías (4:2,5,6,); hablaron claramente de esa venida que aún no se ha cumplido.
La
Evidencia del Nuevo Testamento
Cristo mismo habló de su regreso al
mundo en sus parábolas del reino. El se representó como el novio que recibe a
su novia en la parábola de las Diez Vírgenes; en la parábola de las Diez Minas él se
presenta como el hombre
noble que se fue a un país lejano para recibir un reino y regresar
(Mateo 25; Lucas 19).
Juan registró estas palabras de Jesús,
“Vendré otra vez”, en su Evangelio, y en sus últimas epístolas él habló del
regreso de Cristo con confianza diciendo: “Cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque
LE VEREMOS TAL COMO ÉL ES.” (Juan 14:3; 1 Juan 3:2).
Pedro también habló con confianza del
regreso de Cristo.
En su segundo sermón después de Pentecostés, él dijo proféticamente: “Y él envíe a Jesucristo, que os
fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta
los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca
de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.” (Hechos
3:20,21).
Pablo
también habló mucho del regreso de Cristo en sus epístolas. A los Romanos les
dice: “En el día en que
Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi
evangelio” (Romanos 2:16), confirmando el hecho por medio de citar el
Profeta, quien dijo: “Vendrá
de Sión el libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.” (Romanos
11:26).A los Corintios Pablo les dice que Cristo es “PRIMICIAS”, y luego añadió
la esperanza de cada creyente: “Luego los que son de Cristo, en su venida.” (1 Corintios 15:23).
A
los Filipenses también Pablo les expresa su confianza en el regreso de Cristo
desde los cielos (3:20-21). Y a los Colosenses también Cristo expresa esa misma
confianza o seguridad diciéndoles: “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también
seréis manifestados con él en gloria.” (3:4).
Y
cuando le escribe al joven Timoteo le dice, entre otras cosas, “Guarde el mandamiento sin
mácula ni reprensión hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo” (1
Timoteo 6:14). Y en su segunda carta a Timoteo, nuevamente le escribe: “He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la
corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí,
sino también a todos los que aman su venida.”(2 Timoteo 4:7,8).
Otros
escritores del Nuevo Testamento son igualmente explícitos al hablar de la
segunda venida, como por ejemplo, Santiago. Él dice: “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la
venida del Señor…porque la venida del Señor está cerca.” (Santiago
5:7,8).
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