Delegue. Así inspirará a los empleados y gozará
de más tiempo para disfrutar de su trabajo y aprovechar nuevas oportunidades.
1. Haga las tareas fundamentales en sus
momentos de mayor energía:
esto le permitirá aumentar su productividad. Deje las tareas más rutinarias,
como revisar su correo electrónico o devolver llamadas telefónicas, para los
momentos en los que es menos productivo.
2. Jerarquice y defina los pasos: lleve consigo un cuaderno y
anote los pasos que debe dar para llevar a cabo ciertas tareas. Cada vez que
termine una tarea que le parezca que otro podría estar haciendo, anote los
pasos asociados a la misma. De este modo podrá delegar dicha tarea.
3. Haga una prueba: escoja una tarea importante y
asígnesela a un empleado. Luego, determine qué tan cómodo se siente al
delegarle ciertas tareas a otros.
4. Asegúrese de contratar personas que
se parezcan a usted:
enséñeles el cuaderno con los pasos a dar por cada tarea. Luego pregúnteles
cómo mejorarían el proceso. Esto le permitirá saber cómo piensan y trabajan. Si
no le gusta la respuesta, es muy probable que este no sea el candidato.
5. Permita que la gente tome la
iniciativa:
asegúrese de que todo el mundo sepa cuáles son los objetivos y cuál debería ser
el papel de cada persona para lograrlos. Cada persona debe hacer un plan para
llevar a cabo sus tareas. Comparta
secretos, consejos, estrategias, pero deje que trabajen independientemente.
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