Los
hombres sufren más de la cuenta. Hay males que no son tan evidentes como la
impotencia y la calvicie. La lista es aterradora.
Los
hombres sufren más de la cuenta. Hay males que no son tan evidentes como
la impotencia y la calvicie. Se acomodan en el cuerpo silenciosamente y en el
momento menos pensado es demasiado tarde: colesterol, hipertensión... la lista es aterradora.
"¿Qué tal que tuvieran hijos?". Las mujeres los
maltratamos por flojos, pero tal vez estamos un poco equivocadas; se suele
decir que el umbral del dolor de los hombres es menor que el de las mujeres y
que ninguno de ustedes sería capaz de soportar un cólico, y ni hablar de un
parto, pero un estudio de la Universidad de
California asegura que, al preguntarles a hombres y
mujeres sobre el nivel de dolor que sentían después de una cirugía de
mandíbula, de 1 a 10, las mujeres hicieron un promedio de 5,5, mientras que los
hombres sumaron 4,5.
Sometidos a varios tipos de dolor que incluyen calor,
frío, y hasta electricidad, quedó demostrado que los hombres son mucho más
propensos a soportar el dolor y tal vez por eso -por una terquedad silenciosa-
aguantan más tiempo sin ir al médico cuando tienen alguna dolencia. Pero,
señores, no se crean infalibles.
Es
mejor prestarles atención a estos achaques masculinos a tiempo. Acá va una
lista de los principales males de los que sufren los machos. Y que tire la
primera piedra el que no se ha preocupado por al menos dos de ellos.
1.
COSAS DEL CORAZÓN
No nos referimos a estados emocionales (aunque de eso
tampoco se libran), sino a las placas que obstruyen el curso de la sangre en
las arterias (son creadas por lípidos como el colesterol, el calcio, y las
propias paredes inflamadas de la arteria). A esto le llaman ATEROESCLEROSIS y
se trata de una enfermedad que empieza décadas antes de que se manifieste un
infarto u otra enfermedad coronaria.
En situaciones normales es factible que la cantidad de sangre
que estas arterias atrofiadas bombean al corazón sea suficiente. La máquina
funciona a media marcha, pero cuando un hombre está haciendo ejercicio o bajo
una situación de estrés, es posible que no sea suficiente. Es entonces cuando
se produce lo que se conoce como una isquemia (al corazón le falta sangre). Las
placas también pueden desprenderse y generar trombos, o debilitar la pared de
la arteria y hacerla abultar hasta crear lo que se conoce como aneurisma.
Causas:
la razón por la cual señalamos en este artículo cosas tan superficiales como la
panza es precisamente porque todos esos achaques, principalmente el colesterol,
son los responsables de las enfermedades coronarias. Según la Fundación
Mayo para la educación y la investigación médica, los hombres gordos
(especialmente los barrigones), con vidas sedentarias y que fuman son más
propensos a sufrir de una enfermedad de estas. También cuentan la
predisposición genética, la hipertensión y la diabetes.
Cómo
prevenirlos: cambio drástico de estilo de vida. Ojo, no se trata de hacer
dietas locas. Se trata de dejar de fumar, controlar el colesterol, bajarle al
trago, bajar la panza, comer solo las yemas de los huevos, por ejemplo.
Meterle el diente a ensaladas y vegetales. Manejar menos, caminar más. Hacer
ejercicio aunque sea un día a la semana. Y, sobre todo, bajarle al estrés.
2.
RODILLERAS, NO PROPIAMENTE PARA PONERSE MAL
Según la American Association of Hip and Knee Surgeons,
las lesiones más comunes son el esguince medial (un desgarre en algún ligamento
por un estiramiento brusco, una caída o un golpe), el corte de ligamento
cruzado (que es el ligamento que conecta el hueso tibia al fémur y cuya lesión
generalmente termina en cirugía), la rotura de menisco (que es una suerte de
amortiguador de la rodilla que se desgasta por forzarla), la lesión de
cartílago (que cubre toda la articulación, no cicatriza fácil y se inflama por
patadas y otras marranadas) y la rotura de tendón rotuliano.
Causas:
¡Sí tiene que ver con el fútbol y otros deportes de alto impacto en los que
ustedes se empeñan en darse pata o exigirse hasta decir no más! Los
movimientos bruscos, las torciones y los golpes a los que se ven expuestas las
rodillas son la causa de sus lesiones.
Cómo
prevenirlas: hay poco que decir al respecto. Tal vez pueda acudirse al
famoso jogo bonito del equipo brasileño para invitarlos a jugar más y darse
menos pata, y a conocer los límites de su cuerpo cuando ya entraron en años y
no son los muchachitos que podían jugar tres o cuatro partidos semanales. Bueno
es culantro, pero no tanto.
3.
PRÓSTATA
Empecemos
por ubicarla. Está rodeando la uretra entre la vejiga y el pene. Los hombres
menores de cincuenta pueden sufrir de prostatitis. Después de esa edad
el agrandamiento de la próstata es bastante común (hiperplasia prostática
benigna, o BPH) y puede degenerar en cáncer de próstata.
Como la próstata regula el paso de la orina y del semen
por la uretra, los hombres que sufren de alguna de estas dolencias experimentan más ganas de orinar
de lo normal y siempre sienten que no expulsaron toda la orina. También
pueden tener algo de sangrado en la orina y lo complicado consiste en que para
las tres afecciones los síntomas son los mismos, así que hay que ir al urólogo para curarse en salud,
no solo para corroborar que no es un cáncer, sino porque esto puede afectar los
riñones.
Causas:
imagine un pequeño donut alrededor de una manguera que al apretarse hace que el
líquido que se expulsa lo haga con éxito. Lo que explica la Fundación de
cáncer de próstata es que a medida que el hombre envejece produce menos
testosterona en general, pero el alto nivel de otras hormonas hace que la
testosterona se quede en la glándula prostática, donde se convierte en otra
forma más potente de testosterona, la dehidrotestosterona (DHT) y se elimina.
Sin embargo, los altos niveles de estrógeno (así es, no
solo las mujeres tenemos estrógeno) evitan o desaceleran la eliminación de DHT y esa acumulación es la que
causa el agrandamiento de la próstata, lo cual deriva en una retención
que genera diversas infecciones.
Cómo
prevenirla: sí, señores. Aunque hayan cuidado su virginidad anal y
tengan un pudor casi homofóbico por ella (que de paso los ha hecho perderse del
placer que es estimular la próstata durante el sexo), es muy factible que el médico les haga un tacto
rectal. Es eso o una citoscopia, en la que se introduce un tubo con
lentes de microscopio por la uretra hasta la vejiga. También existen las radiografías
de las vías urinarias y una prueba de sangre que mide el antígeno prostático
específico, pero no es infalible. Para evitar que le tengan que quitar tejido
prostático o incluso extirparle la próstata completa (lo cual afecta el
desempeño sexual), existe una medicina llamada bloqueador alfa que relaja el
tejido muscular de la próstata.
4.
CALVICIE
Es muy sencillo. No es que usted esté perdiendo más pelo,
sino que ya no vuelve a nacerle pelo en cada uno de esos folículos donde otrora
nacía una cabellera abundante. Entre los veinte y los cuarenta años usted
empieza a ver que cada hebra de cabello es más delgada.
Causas:
nada qué hacer. Los hombres tienen una predisposición genética a la calvicie
que hace que los folículos se encojan y posteriormente dejen de producir pelo,
aunque sigan vivos. Según la American Hair Loss Association (Asociación
de pérdida del cabello) también tiene mucho que ver con la testosterona, en su
forma más potente, que es la dehidrotestosterona (DHT) y que tiene un poder
devastador en los folículos. Ojo: esta es la calvicie conocida como "de
patrón masculino" o alopecia androgénica que es 95% de los casos. Otros
factores y enfermedades pueden ser la causa de la calvicie, tanto en hombres
como en mujeres.
Cómo
prevenirla: difícil. En estos casos usted puede querer invertir un dineral en
un tratamiento que desacelere el proceso (el señor Bojanini y compañía),
en los cuales se recetan ungüentos tópicos vasodilatadores y finasteride para
inhibir la enzima 5-alfa-reductasa, que es la que convierte la testosterona
normal en la enemiga de los folículos: la dehidrotestosterona (DHT).
Si
usted toma finasteride debe saber que hay estudios que comprueban que disminuye
la libido y causa disfunción eréctil. Y aunque no haya estudios que
comprueben que a las mujeres nos bajan la libido los peluquines, o el intento
de tapar la cabeza con un mechón de pelo largo que atraviesa de un lado a otro
la frente, tampoco lo recomendamos. Y mucho menos que se le infle el ego porque
supuestamente, al tener grandes cantidades de testosterona, usted es un toro en
la cama. No es la cantidad la que afecta la virilidad, sino la manera en que su
cuerpo responde a ella.
5.
DOLORES DE ESPALDA
Hay
dos tipos de dolor de espalda, el lumbar y el de la zona alta de la espalda.
El primero es el más común y puede durar semanas o meses (si dura más de tres
meses es de otra naturaleza diferente a la mecánica o de trauma). Es la causa
más corriente de incapacidad laboral y la segunda enfermedad neurológica más
común (la primera es el dolor de cabeza).
Causas:
se debe, bien a una osteoporosis o una escoliosis, o a malas posiciones al
dormir y en el trabajo, lo mismo que al estrés y al sobrepeso, pero
siempre se da por irritación de los nervios. Los problemas de riñones también
suelen causar dolores lumbares. Sin embargo, el desgaste de los cartílagos que
recubren cada vértebra son el fondo del asunto y lo que causa un profundo dolor
y hace que los discos aprieten alguno de los más de cincuenta nervios que están
en la columna vertebral.
Lo
más grave de un dolor de espalda es precisamente estar pellizcando un nervio.
A esto se le llama hernia discal y es, por ejemplo, el
responsable de la famosa ciática (el nervio ciático es el que lleva todas las
señales nerviosas a la pierna).
Cómo prevenirlo: aunque el desgaste de estos cartílagos
resulta inevitable, el ejercicio, los masajes y la quiropráctica son vitales
para disminuir los dolores lumbares. Nadar y hacer yoga son dos de los
ejercicios más recomendados. Aplicar calor y frío alternamente también ayuda.
Hay otras terapias como la acupuntura, y la estimulación nerviosa eléctrica
transcutánea (TENS).
Lo
mejor para no llegar a necesitar terapias, ni mucho menos cirugías, es hacer
ejercicio constante (sobre todo para fortalecer los abdominales y que
estos hagan la fuerza para proteger la espalda), no levantar pesos excesivos,
sentarse bien (buscar muebles ergonómicos) y evitar el hacer movimientos
bruscos cuando recurra a las infiltraciones: que no sienta dolor no quiere
decir que no esté lastimando sus nervios.
6.
GOTA
La llaman la enfermedad de los príncipes o de los reyes y
consiste en la acumulación de ácido úrico que se convierte en una suerte de cristales en
forma de agujas que se depositan en las articulaciones. Es muy
masculina, solo se da en 5% en mujeres.
Causas:
la Asociación de Artritis explica que puede que haya una menor eliminación de
ácido úrico en el organismo, pero que generalmente los excesos de dicha
sustancia están relacionados con beber mucho y comer ciertos alimentos que
tienen mucha purina (se convierte en ácido úrico al ser procesada por el cuerpo
humano).
Los
mariscos, el exceso de carne roja y el vino tinto son fatales. Así, los
pies y las articulaciones se hinchan y duelen como si fueran pinchadas
literalmente por agujas. Otra parte del ácido úrico hecho cristales se intenta
eliminar por la orina y puede generar cálculos y cólicos renales. La diabetes, la obesidad y las
enfermedades renales también están asociadas a la gota.
Cómo
prevenirla: lo mejor es que se mida los niveles de ácido úrico para pecar
mientras le sea posible, porque, de tenerlos altos, le toca evitar
patés, hígados, vísceras de animales como chinchulines, higaditos de pollo y
foie gras; no comer mariscos, ni anchoas, ni salmón, ni derivados del cerdo;
dejar los espárragos, los hongos, los fríjoles, las lentejas y el perejil; y olvidarse de la cerveza, del
vino tinto y de cualquier trago fuerte que se le atraviese.
7.
CALCULOS
En
un rato hablamos de la cerveza, ¡calma! Los hombres son entre dos y tres veces
más propensos a tener cálculos en los riñones que las mujeres, sobre todo entre
los cuarenta y los sesenta años. Literalmente son piedras de sales
minerales que se forman en los riñones. Producen dolor de espalda, náuseas y ardor al orinar
(la orina a veces tiene sangre y/o es turbia). Se clasifican según su
localización (la vejiga, los riñones o las vías renales) y su tamaño.
Causas:
la National Kidney Foundation asegura que se crean por tomar poco líquido y comer demasiadas
proteínas animales, según el tipo de cálculo. Los hay de calcio (por
exceso de vitamina D o mucha espinaca), de ácido úrico (los cristales de la
gota), de estruvita (creados por bacterias y más comunes en mujeres) y de
cistina (por enfermedad hereditaria que hace que se secrete exceso de ciertos
aminoácidos).
Cómo
prevenirlos: malas noticias. Beber cerveza no ayuda a disolver todos los
cálculos. Los que están formados por oxalato de calcio pueden incluso
crecer, a pesar de que la cerveza se considera diurética. Solo el agua (y ojalá
sin gas, porque también es generadora de cálculos) y los cítricos, el jugo de
uva y de manzana ayudan. Además
hay que beber poca leche, controlar la sal y el azúcar (ambos crean
exceso de calcio).
A veces los médicos le dan analgésicos y antiespasmódicos
al paciente para relajar los músculos del uréter y medicaciones que reducen el
tamaño de la piedra para expulsarla naturalmente. Si tiene un cálculo, evite asolearse, los saunas y
turcos, así como sudar en exceso por hacer ejercicio.
8.
BARRIGA
Es
preocupante que ustedes parezcan más embarazados que sus mujeres. Aunque
a nosotras también nos sale panza, los hombres tienen un gen que favorece la
acumulación de grasa en el abdomen. Se trata de la enzima DD que un grupo de
investigadores italianos descubrieron. La acumulación de grasa en las caderas
de las mujeres tiene que ver con la maternidad. En el caso de los hombres, la
panza tipo Homero no sirve para nada.
Causas:
lo que genera la panza está clarísimo: sedentarismo, cerveza y comida en exceso.
Sin embargo, sus consecuencias no son solo el espanto masivo del género
femenino, sino un mayor riesgo de sufrir de accidentes coronarios (ver infartos
y enfermedades coronarias) y de llegar a viejo con una diabetes complicada.
Cómo
prevenirla: haga abdominales, pero además haga ejercicios aeróbicos para
quemar la que ya tiene primero. Bájele a la cerveza (fuera de ser una bebida espirituosa es un
"gran alimento"). Coma
más veces y en menos cantidad. Desayune bien y tome té verde y jugo de tomate de árbol
en ayunas.
9.
COLESTEROL
Que
su cuerpo no sea el palacio del colesterol, señores. Aunque vale aclarar
que es su exceso en la sangre lo que es malo, no el colesterol per se. El
organismo produce algo de colesterol para las membranas, y es además el
precursor de la vitamina D, que nos ayuda a metabolizar el calcio, y de las
hormonas sexuales. Pero si nos pasamos de colesterol en lo que consumimos, le
cuesta eliminarlo. Hay un colesterol bueno (las lipoproteínas de alta densidad
HDL, que hace las veces de recolector de basura y llega al hígado donde se
elimina) y uno malo (las lipoproteínas de baja densidad LDL, que no es más que
desechos que se pegan a las paredes de las arterias).
Causas:
la Fundación de diabetes, obesidad y colesterol recomienda que, entre la suma
del bueno y del malo, un hombre sano debe tener el colesterol por debajo
de 200 miligramos por decilitro, que es lo normal. Si está por encima de 240
mg/dl genera un alto riesgo de sufrir alguna enfermedad coronaria. Quienes poseen
antecedentes de dichas enfermedades o de diabetes deben mantenerlo por debajo
de 100 mg/dl preferiblemente (ver infartos y enfermedades coronarias).
Cómo
prevenirlo: obvio y repetitivo, el ejercicio y bajarles a los fritos y a las
grasas saturadas generalmente animales y lácteas, pero también comer más avena,
pescado, frutos secos, cebada, legumbres, berenjena, manzana, nueces y aceite
de oliva, que son alimentos con ciertas sustancias que el organismo
transforma en ácidos grasos omega-3, y que a su vez disuelven el colesterol.
10.
VARICOCELE E INFLAMACIONES TESTICULARES
No peque por güe..., la varicocele es algo así como una
várice en un testículo, pero también existe la hidrocele (inflamación en el interior del
testículo). Las venas que drenan se inflaman. Es 40% más factible en
hombres infértiles y se da generalmente entre los quince y los treinta años.
Aunque parezca un chiste, da más en el lado izquierdo que en el derecho. Después de los cuarenta es poco
usual. Un hombre puede durar mucho sin saber que la padece, hasta que
tiene un coito, se expone a mucho calor o está mucho tiempo parado.
Causas:
los urólogos aseguran que no hay una causa única, pero principalmente se debe a
que la vena espermática, que recoge la sangre de las venas del
testículo, presenta una anomalía y hace que por reflujo la sangre circule más
lentamente por estas venas. Si no se trata puede crear infertilidad, además de
los síntomas normales, que son pesadez e hinchazón en un testículo.
Cómo
prevenirlo: más que prevenirlo, se puede tratar con calzoncillos especiales y
vasodilatadores, además de ponerse hielo en el escroto y tomar baños de agua
caliente, aunque a veces se tiene que embolizar (por medio de un catéter
drenar los conductos) e incluso operar.
11.
RONQUIDOS
Lo
que los médicos llaman una resistencia al flujo del aire puede ser una causal
de divorcio: 40% de los hombres la padecen, mientras que solo 20% de las
mujeres roncan. Ni el cuerpo del doliente descansa, ni tampoco su cónyuge, pero
también genera irritabilidad, cansancio crónico y pérdida de la memoria.
Causas:
hay un tipo de ronquido ocasional que se da por cansancio extremo y por el
consumo de grandes cantidades de alcohol, pero en el ronquido crónico también
están relacionados el tabaquismo, el estrés, la sinusitis, la estrechez de las
fosas nasales y/o los adenoides, y la mala postura al dormir.
Cómo
prevenirlos: lo más importante es saber qué es determinante en sus ronquidos.
Hay posturas mejores que otras para evitar los ronquidos (la persona que ronca
necesita más almohadas para no quedar tan relajada), ejercicios para fortalecer
la musculatura de la faringe, de forma que el velo paladar se retracte y no
vibre. Eso, dejar de fumar y no acostarse lleno (ni de trago, ni de comida),
pues el reflujo también puede atorar al roncador y quita el sueño. Lo demás son
ayuditas, como el aparato para reacomodar la mandíbula y los dilatadores
nasales que expanden las fosas.
12.
Último, pero no poco importante: LA IMPOTENCIA
Que
tire la primera piedra el que nunca ha decepcionado a una damisela. No
hablamos de la impotencia total, sino de las disfunciones eréctiles que
comienzan a ser pan de cada día a partir de los cincuenta y pico, e incluso
antes. Lo primero que hay que decir es que todo está en el poder de la mente. Como quien
dice, ayúdate que mi dios Viagra
te ayudará. 20% de los casos tienen que ver con el estrés y la
autoestima.
Causas:
la edad, un medicamento (los antidepresivos trifásicos y las hormonas para
evitar la calvicie, por ejemplo) y cualquier lesión en los nervios que
disminuya el flujo de sangre al pene. Es un asunto meramente cavernoso. La
Sexual Dysfunction Association también pone en la lista de causas la diabetes,
los problemas de riñón, el alcoholismo, esclerosis múltiple, arteriosclerosis,
psoriasis, y las enfermedades vasculares neurológicas, que son responsables de
alrededor de 70% de los casos, así como las cirugías del cáncer de próstata,
además de cualquier lesión en los músculos del pene y sus alrededores.
Cómo
prevenirla: tomarse hasta el agua de los floreros no ayuda, contrario a lo que
la gente piensa. Puede que el alcohol sea un desinhibidor de la
personalidad, pero retarda y distorsiona la percepción y la capacidad de
reacción sexual. Fumar hace que sea 50% más propenso, debido a que daña muchos
factores involucrados en el proceso eréctil (cerebro, pulmones, nervios, flujo
sanguíneo y hormonas).
Si
pasa con regularidad, no está de más ir al médico y probar el Viagra,
que remplazó técnicas como las de la bomba de vacío para llevar sangre al pene,
o el consumo de drogas que se utilizan como antídoto a la heroína y a la
hepatitis alcohólica. Su compuesto activo es el sildenafilo, una sustancia que
incrementa el flujo sanguíneo, pero que no hace nada porque usted "se
ponga", así que exíjase por su cuenta también.
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