La
artritis es una enfermedad reumática en las articulaciones, de naturaleza
inflamatoria, que viene acompañada de todos los signos característicos de la
inflamación, en una o varias articulaciones. El dolor se siente
independientemente de los movimientos que se hagan, y hace sufrir al enfermo
tanto durante el día como en la noche.
Si
yo presento artritis, necesariamente soy una persona muy crítica conmigo mismo
y con los demás. Me
fijo y critico todo en mi vida y en las personas que me rodean. Me fijo siempre en las cosas
negativas, juzgo todo y a todos. Nada me complace, nada me satisface, nada me hace feliz,
todo está mal, incluso yo. Y por lo tanto, voy poco a poco, empeorando. No me siento amado ni tengo la
menor intención de amar o demostrar mi cariño.
¿Qué
conflicto emocional estoy viviendo?
Si
yo comienzo a presentar artritis, la gravedad o la velocidad con la que ésta se
presente, dependerá de la gravedad de mi bloqueo emocional, mental y espiritual
hacia la vida misma. Entre más duro sea yo conmigo y con los demás,
entre menos sienta yo que tengo derecho a hacer lo que me gusta o a ser como me
gusta, entre menos crea yo que los demás pueden ser o hacer lo que les gusta,
menos sanaré. Además, soy de las personas que viven con el deseo de que todos los
demás adivinen lo que necesito, porque soy “incapaz de pedirlo”. Por lo tanto,
las probabilidades de que los demás adivinen lo que deseo, es casi nula, y eso
me hará enfurecer y criticarlos aún más, porque nadie cumple mis expectativas,
nadie está a mi altura, vivo amargado por ello y siento rencor por los demás.
Soy
una persona difícil, incluso muchas veces, tengo deseos de vengarme porque los
demás no han hecho lo que he querido o como yo lo he querido. Y esa ira me la
trago, no la expreso.
La
parte de mi cuerpo que presente la artritis me indicará qué área de mi vida es
la más afectada. Si
tengo artritis en las manos, estará relacionado con mi actividad, con lo que
hago, con mi trabajo. Si mi artritis está en mis piernas, tendrá
relación con mi avance en la vida. Si mi artritis está en mis rodillas, estará
relacionado con la forma en que me obligo a ser, etc.
Por
lo regular, las personas con artritis, tienen o presentan una apariencia de
calma y docilidad. Incluso pueden presentarse como personas débiles,
para que todo aquel que los rodea sienta “lástima” u “obligación” para con
ellas. Pero esas dóciles personas no son más que unos perfectos manipuladores
que jamás expresarán directamente lo que desean o necesitan. Sólo soltarán
indirectas o frases volando, esperando claro, que todo el mundo les “sirva”.
Una
persona normal expresaría algo como: “José hijo, podrías regalarme un vaso con
agua fría por favor, hace calor y siento mucha sed”.
Una
persona con artritis expresaría algo como: “..ay…tengo tanta sed……”
Y todas estas expectativas, juicios, críticas se van
acumulando en las articulaciones, que representan nuestra “flexibilidad”, por lo tanto, entre más dura una
persona, más grave la artritis.
Artritis
en Codos, Hombros o Rodillas:
Dificultad
para manejar los cambios en la vida.
Dificultad para expresarme.
Rigidez en el carácter.
Inflexibilidad para mostrarme como realmente soy.
Necesidad de obligar a los demás.
Necesidad de juzgar y criticar a los demás.
Artritis
en dedos:
Sensación
de no ser amado.
Actitud de crítica.
Resentimiento
Deseo de castigar.
Acusación.
Sentirse víctima.
Artritis
reumatoide:
Fuerte crítica de la autoridad, nadie es mejor que yo.
Me impido ser imperfecto.
Me explotan.
Jamás debo mostrarme vulnerable.
En
pocas palabras, toda artritis demuestra mi inflexibilidad ante la vida, ante
las personas y ante las circunstancias. Expresa mi incapacidad para decir con
palabras lo que en realidad quiero, pienso y siento por las demás personas. Si
yo vivo pensando que debo ser perfecto, duro, frío y tajante, más sufriré y
todavía peor, si considero que todos a mi alrededor deben ser perfectos.
¿Cómo
se libera esa emoción biológica?
Se
debe revisar de dónde se aprendió o se trajo ese complejo de perfección. Se
debe revisar por qué cuesta tanto pedir lo que se necesita. Si es porque
crees que haciendo lo que te gusta vas a exagerar y a volverte egoísta, es
aconsejable que revises si esto es cierto. También te ayudaría consultar la
definición de la palabra “egoísta”. Acepta la idea de que te puedes permitir decir “no” cuando no quieras
realizar algunas tareas y, si te decides a llevarlas a cabo, debes hacerlas con
placer y sin criticarte internamente. Si te impones muchos deberes porque
buscas reconocimiento, confiésalo y reconoce que lo haces por ti y no porque
alguien te obligue. Concédete
el derecho de buscar reconocimiento haciendo cosas para los demás. Si realizas tus tareas con
alegría en lugar de criticarte mentalmente, la vida te parecerá más agradable y
te volverás más flexible y ágil.
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