Hace cien años se impuso el jazz que,
para la clase alta blanca, era algo satánico.
Creían que corrompía a los jóvenes y
con él una chica podía quedar embarazada.
Varios
estados promulgaron leyes antijazz porque veían en su baile connotaciones
sexuales de una música de clase baja.
El New
York Times la llamó “la
música de los salvajes” que se extendía entre la población blanca y escandalizaba a la alta
sociedad.
Antes
de empezar a imponerse en 1917 con el primer disco, el jazz había surgido en los bajos fondos de New
Orleans veinte años atrás.
Para los blancos ricos y cultos era una
música detestable,
asociada a la población afroamericana más pobre y oprimida.
Pero
grandes músicos como Charlie Parker, Thelonious Monk, Dizzy Gillespie y Louis
Armstrong brillaron con su
arte.
Es
bueno recordar esto porque casi
siempre lo nuevo es atacado y sus creadores juzgados, criticados o perseguidos.
Al humano le cuesta mucho cambiar el statu quo, y lo habitual es
que se instale en una zona de falso confort que sólo trae males. ¿Te aferras a lo de siempre?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios