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QUÉ ES ORAR Y PARA QUE SIRVE


Orar es ponerse en sintonía con Dios. Hay muchas maneras de hacerlo, y no se puede decir cual es la mejor.

La oración es el camino para llegar a Dios. Las oraciones existen en casi todas las religiones y nos llevan a alcanzar un estado de tranquilidad, paz y armonía.

Los Católicos somos privilegiados porque tenemos Oraciones muy bonitas y textos extraordinarios en la Biblia que nos ayudan a ser mas espirituales y a comunicarnos mas fácilmente con Dios. Tenemos una Iglesia digna de seguir, con templos hermosos, buenos sacerdotes y verdaderos líderes religiosos.

Hay oraciones individuales y comunitarias, basadas en libros religiosos y espontáneas, cantadas y recitadas. Los salmos de la Biblia, por ejemplo, son oraciones poéticas, de las que casi un centenar expresan lamentación y/o denuncia y otras cincuenta, alabanza.

No puedes decir que nuestras oraciones sean mejores que las de los otros. Tampoco puedes cuestionar las oraciones repetitivas como El Santo Rosario, porque son estas las que nos ayudan a cultivar el espíritu, a aquietarlo, a relajarnos, a controlar los nervios y la respiración, a salirnos de lo mundano y a alcanzar un estado profundo de relajación donde es fácil comunicarnos con Dios.

Los occidentales tenemos dificultad para orar debido a nuestro racionalismo. En general, quedamos en el umbral de la puerta, entregados a la oración que se apoya en los sentidos (música, danza, mirar vitrales o paisajes, etc.) o en la razón (fórmulas, lecturas, reflexiones, etc.).

Orar es estar en relación de amor. Como sucede en una pareja, hay niveles de profundización entre el fiel y Dios. Dios conoce nuestros anhelos y necesidades.

El mismo Jesús, según cuenta el evangelio, prefería retirarse a lugares solitarios para entrar en oración. "Jesús se retiró a la montaña para orar. Y pasó toda la noche en oración a Dios" (Lucas 6,12).

En la oración es necesario entregarse a Dios. Dejar que él ore en nosotros.

Ponerse ante Dios es ponerse ante uno mismo. Como en un espejo, al orar vemos nuestro verdadero perfil -las dobleces del egoísmo realzadas, congojas acumuladas, envidia enraizada, apegos anquilosados....

Los místicos, maestros de oración, sugieren que aprendamos a meditar. Vaciar la mente de todas las fantasías e ideas, y dejar fluir el soplo del Espíritu en el silencio del corazón. Es un ejercicio cuyo método enseña la literatura mística.

Pero es necesario, como Jesús, reservar tiempo para ello. Así como la relación de una pareja se enfría si no hay momentos de intimidad, del mismo modo la fe se debilita si no nos recogemos en oración.

Sólo la fuerza del Espíritu ensancha el corazón. Por lo tanto, una vida de oración obtiene garantía no por los momentos que nos entregamos a ella, sino por los frutos en la vida cotidiana: los valores reseñados como bienaventuranzas. O sea, pureza de corazón, desprendimiento, hambre de justicia, compasión, fortaleza en las persecuciones, etc.

Quien ora trata de actuar como Jesús actuaría. Sin temer los conflictos derivados de actitudes que contradicen los antivalores de la sociedad consumista e individualista en que vivimos.

Orar es dejarse amar por Dios. Es dejar que el silencio de Dios resuene en nuestro espíritu. Es permitirle que él haga su morada en nosotros.

Orar es cuestionarse a sí mismo. Centrado en Dios, el orante se descentra de los otros, e imprime a su vida la felicidad de amar porque se sabe amado.

Seguir una religión, (la que nos la infundieron nuestros padres)  y ser un fiel seguidor de ella es un verdadero privilegio (aun mas si es la religión Católica, Apostólica y Romana), porque nos lleva fácilmente a comunicarnos con Dios, quien nos tranquiliza y aleja del miedo, nos permite entregarle nuestros problemas, nos suple las cosas que nos falta, nos ayuda a ser personas buenas y agradecidas. La religión nos permite que Dios esté con nosotros y nos acompañe todo el tiempo.

Aprender a meditar es importante, pero lo es mas aprender a orar. Si tienes dudas puedes acudir, a un templo, a un buen sacerdote, o a un buen líder espiritual.

Si aun no tienes religión…, busca una, pero por favor incluye dentro de las opciones la religión Católica, Apostólica y Romana, donde encontrarás toda la filosofía y enseñanzas de Jesus, quien dio su vida por nosotros tal como nos lo enseña la Santa Biblia.

Ser buenos, ayudar a los demás y hacer buenas obras es la mejor forma de servir a Dios, pero no es suficiente, porque mediante la oración nos comunicamos con Él, fortalecemos la fe y alcanzamos un estado de plenitud, paz y felicidad.

El poder de la oración es muy grande, por tanto se generoso e incluye a los demás en tus oraciones. Ora por tu familia, por tus amigos, por los débiles y por los enfermos. La oración tiene un gran poder de sanación.

Si oras con frecuencia pronto descubrirás que los milagros si existen, y que son mas frecuentes de lo que te imaginas. De nada sirve que te lo explique aquí si no lo intentas… Aprende a orar y a dar gracias a Dios.

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