Jesús
nos mostró con su vida y su mensaje que venimos a la tierra con un Plan de vida
y por eso vaticinó su muerte.
Sabía
que morir en la cruz estaba en su Misión y por eso habló de ella tres veces a sus
discípulos.
El primer presagio se lee en Mateo 16, 21-23 y la tercera vez que lo anuncia está en Mateo 20, 17-19.
Es obvio que uno sólo puede predecir algo con
certeza si eso ya está determinado y va a suceder.
Pues bien, lo mismo pasa con los hechos
esenciales de nuestra vida: Forman parte de nuestra misión.
Pero no es un determinismo ciego, es una
especie de mapa dentro del cual uno se mueve libremente.
Desde la otra dimensión usted puede venir a ser madre de dos hijos, perder uno, y aceptarlo en paz.
Si
usted lo entiende ve la vida con otros ojos, ora de otra manera y deja de
pelear con Dios.
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