El
británico promedio duerme seis horas y media cada noche, de acuerdo con
el Sleep Council de Reino Unido, una organización dedicada a mejorar la
experiencia de sueño con financiamiento de la industria de fabricantes de
camas. El periodista científico Mosley participó en un experimento inusual para
averiguar si esto es suficiente.
Hace
tiempo se sabe que el número de horas de sueño de que disfrutan las personas
declina con la edad.
Esto sucede por varias razones, entre ellas que vivimos
en una cultura que propicia la creencia de que dormir es un lujo, algo que
fácilmente puede recortarse si hace falta. Después de todo, para eso es la cafeína: para despertarte
de un sacudón. Pero mientras el promedio de sueño que obtenemos ha
caído, las tasas de obesidad y diabetes se han disparado. ¿Es posible que haya
una conexión entre estos hechos?
Queríamos
averiguar qué efecto tendría incrementar sólo 60 minutos el promedio de horas
de sueño. Así que le pedimos a siete voluntarios, quienes normalmente
duermen entre 6 y 9 horas, que se prestaran para un estudio en el Centro de
Investigación de Sueño de la Universidad de Surrey, en el Reino Unido.
Los voluntarios fueron distribuidos aleatoriamente en dos
grupos. A uno se le pidió
dormir seis horas y media; al otro, siete horas y media. Una semana
después, los investigadores tomaron muestras de sangre e intercambiaron los
grupos: se le otorgó una hora más de sueño a los que durmieron menos y
viceversa.
Mientras esperábamos ver qué efecto tendría esto, fui al
hospital de la ciudad de Oxford para aprender qué pasa realmente cuando
dormimos.
En el Centro de Sueño me conectaron a un
electroencefalograma portátil, un aparato que mide la actividad cerebral.
Entonces, sintiéndome ligeramente ridículo, fui a casa y dormí mis siete horas
y media.
Trabajo de archivo
Al día siguiente fui a la oficina de la doctora Katharina
Wulff para discutir que había pasado dentro de mi cabeza aquella noche.
Mosley
cayó profundo; pero eso no significa que descansó.
Lo primero que notó es que había caído rápidamente en un estado de sueño
profundo. Puede parecer que descansé mucho, pero durante el sueño
profundo nuestros cerebros en realidad trabajan muy duro.
Una de las principales cosas que hace el cerebro es pasar
recuerdos del archivo temporal al archivo de largo plazo, de manera que
tengamos más espacio para recuerdos de corto plazo al día siguiente. Si no duermes en forma adecuada,
estos recuerdos se pierden.
Usted podría pensar: "Voy a dormir menos entre
semana y recupero el sueño el fin de semana". Desafortunadamente, no
funciona así, porque los recuerdos deben ser consolidados en un plazo de 24
horas.
En
virtud de esto, es importante que si usted está estudiando o va a rendir un
examen, se asegure de que duerma en forma razonable. En un estudio, quienes no
lo hicieron tuvieron resultados inferiores al de sus contemporáneos en un 40%.
El
sueño profundo sólo dura unas horas. Los resultados de mi electrodo
mostraron que durante la noche mi cerebro pasó por múltiples fases de otro tipo
de actividad, llamada sueño MOR, o de Movimientos Oculares Rápidos (REM, por
sus siglas en inglés).
El mensaje claro de este experimento es que si usted está durmiendo
menos de siete horas cada noche y puede alterar sus hábitos de sueño, así sea
sólo un poco, podría repercutir positivamente en su salud. Duerma hasta tarde,
le hará bien
"Esta es la fase en que generalmente estás
paralizado, no te puedes mover", me explicó Wulfi. Pero los músculos de
los ojos no están paralizados; de ahí que se le llame sueño MOR.
Durante
el sueño MOR suceden cosas extraordinarias. Uno de los químicos relacionados
con el estrés, la noradrenalida, se apaga. Es el único momento, en el
día o en la noche, en que esto pasa. Nos permite permanecer calmados mientras
el cerebro reprocesa las experiencias del día y nos ayuda a manejar eventos
emocionales particularmente difíciles.
Obtenemos
más sueño MOR en la última mitad de la noche. Lo que significa que si a
uno lo despiertan de manera inesperada, puede que el cerebro no haya manejado
todas las emociones, lo cual puede dejar una estela de estrés y ansiedad. Tomar alcohol tarde en la noche
no es una buena idea porque reduce el sueño MOR mientras el cuerpo lo procesa.
Cientos de genes afectados
De regreso en la Universidad de Surrey, nuestros
voluntarios habían completado la segunda semana del experimento. Queríamos conocer el efecto de
cambiar de un patrón de seis horas y media de sueño a uno de siete horas y
media, y al revés.
Pequeños
cambios en el patrón de sueño pueden producir una enorme diferencia.
Las pruebas de computadora revelaron que la mayoría
encontraron difíciles las tareas que requerían agilidad mental si habían
dormido menos, pero los
resultados más destacados salieron de los exámenes de sangre.
El equipo en la Universidad de Surrey estaban
particularmente interesados en identificar qué genes se "apagaban" o
"prendían" en nuestros voluntarios como resultado de cambios en su
patrón de sueño.
"Encontramos
que unos 500 genes estaban afectados". "Algunos iban hacia arriba y
otros hacia abajo".
Lo que descubrieron fue que cuando los voluntarios dormían una hora menos,
los genes asociados con procesos como inflamación, respuesta inmune y respuesta
al estrés se volvían menos activos.
El equipo también notó un incremento en la actividad de los genes asociados
con la diabetes y el riesgo de cáncer. Lo contrario ocurría cuando se
añadía una hora de sueño.
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