El zapato debe amoldarse al pie y no al contrario.
Estudio
revela que ellas desarrollan cuatro veces más problemas en los pies que los
hombres.
La
comodidad es el factor que más tienen en cuenta los consumidores a la hora de
comprar zapatos. Sin embargo, en la vida real, esto solo aplica para los
hombres, pues las mujeres piensan que por encima de eso está el color, el
estilo y la armonía con su vestuario y los accesorios, como el bolso o el
cinturón.
Esta prenda fue inventada por el ser humano para proteger
los pies y facilitar el desplazamiento. Estudios señalan que, en promedio, una
persona da entre 8 y 10 mil pasos por día.
Los
pies tienen 26 huesos, 33 coyunturas, 107 ligamentos, 19 músculos y tendones, y
están expuestos a un alto riesgo de lesiones, dice un ortopedista
especialista en pie.
Las
mujeres desarrollan cuatro veces más problemas en los pies que los hombres
y en ello mucho tiene que ver el calzado inadecuado y el uso de tacones altos.
Los zapatos de tacón les generan cansancio. A esto hay
que sumarle incomodidad y lesiones.
Pese
a esto, un alto porcentaje de ellas no son conscientes del riesgo o prefieren
verse más altas, sentirse más “elegantes y bellas”, y “con eso basta”
como afirmaron 23 de cada 40 mujeres encuestadas.
Los zapatos, y particularmente los tacones, riñen con una
biomecánica adecuada de la marcha.
Entre
más altos, mayor el riesgo, pues hacen que el arco interno del pie se
acorte por retracción de los músculos y que los ligamentos de los dedos se
doblen progresivamente (dorsiflexión, dedos en garra) con aparición, tarde o
teprano, de deformidades fijas, dolor e impedimentos en la marcha.
Incluso, como las fuerzas que se transmiten por el
tobillo al pie en una posición muy vertical no se distribuyen uniformemente y
se van hacia los dedos, se
corre el riesgo de que aumenten retrógradamente a las rodillas, las caderas y
la columna, aumentando el dolor y la artrosis.
A
esto hay que sumarle un mayor riesgo de caídas y traumas, que pueden
ocurrir por no saber utilizar los tacones, por llevarlos muy altos o por no
estar pendiente de obstáculos.
De
ahí, que la elección deba tomarse en serio, más en esta época cuando las ventas
aumentan.
TAMBIÉN HAY QUE CUIDAR LOS PIES
Consienta
los pies al final del día con baños de agua tibia y, sobre todo, “realice
estiramiento muscular del pie, pantorrilla e isquiotibiales”, aconseja
el ortopedista y traumatólogo.
Al bañarse o vestirse revise si
existen lesiones en la piel, especialmente entre los dedos. “Compare un
pie con el otro para detectar cualquier cambio. Si presenta dolor,
alteraciones, úlceras, es mejor consultar”, dice el ortopedista.
No olvide lavarlos
con regularidad y secarlos bien antes de ponerse las medias y el calzado. En
este punto, es clave
escoger unas medias adecuadas y cómodas.
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