Dios mío, dame luz para escudriñar mi
conciencia y verme tal cual soy, sin cómodos autoengaños.
Que siempre te sienta a mi lado, en especial cuando quedan pocos
vestigios de fe en medio de los azares.
Con tu paz no me desgasto en rabias
estériles y con tu perdón apago el fuego del odio.
Eres mi alivio en épocas angustiosas y me das una
confianza inquebrantable cuando tiendo a sucumbir.
Señor, dame esperanza en tiempos
aciagos, aumenta mi paciencia y que mi ideal sea siempre amar y servir.
Verte
en los demás no es fácil, pero estás en ellos y solo puedo amarte aceptándolos así como son.
Quiero
iluminar con mis palabras y deseo
que las vidas de todos mejoren cuando me encuentren.
Me pongo en tus manos para ser un
instrumento de tu amor, con sencillez y sin falsas pretensiones. Te amo y
siempre te amaré.
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