El
ácido úrico en la sangre de nuestro organismo se disuelve en condiciones
normales.
Cuando llegan a presentarse elevaciones de dicho ácido
(lo que se conoce como hiperuricemia) suele deberse a problemas de
salud, que actualmente han venido en aumento, originados por la mala
alimentación y el sedentarismo de la gente, además, y muy especialmente,
por el excesivo consumo de carnes rojas (carne y vísceras de res, de cerdo y
alimentos derivados de éstas como embutidos), así como por el abuso de alimentos como mariscos,
lentejas, garbanzos y bebidas alcohólicas.
Las elevaciones de ácido úrico en la sangre no sólo se
dan por desequilibrios en la alimentación, aunque en la mayoría de la veces
éste es el factor principal, existe también en algunos casos influencia de la
genética, o a desajustes en el mecanismo de la eliminación de dicho ácido a través de la orina.
Si
este desequilibrio en el cuerpo no es tratado oportunamente puede llegar a
convertirse en gota: la inflamación, enrojecimiento, calor, rigidez y
daño permanente de una articulación, o articulaciones, en manos, muñecas,
codos, pies (especialmente el "dedo gordo") y tobillos, ocasionada
por cristales de urato (tofos) que se forman por la acumulación de acido úrico debido al exceso de los
alimentos antes mencionados.
Los cristales de
urato, al tener forma de aguja, provocan que las articulaciones en donde se acumulan tengan dolores
intensos; dichos cristales no sólo afectan nuestro cuerpo a nivel de
articulaciones, se pueden acumulas también en las orejas o tendones y,
más importante, en los riñones, donde pueden llegar a formar piedras que
provocan, con el tiempo, insuficiencia renal.
En
la mayoría de los casos (hasta 90% de ellos) son los hombres mayores de 30 años
de edad los que resultan afectados por las elevaciones de ácido úrico.
En las mujeres la hiperuricemia se presenta con mayor frecuencia después de la
menopausia.
Para
evitar las elevaciones de ácido úrico las medidas son en realidad fáciles:
mantener una alimentación
sana que incluya desayuno comida y cena
con dos colaciones diarias, además debemos incluir en estas cinco
comidas del día alimentos
con la menor cantidad de purinas, encargadas de producir ácido úrico, como
pescado, huevo y pollo sin
piel, cereales refinados, leche, fruta, verdura, nueces entre otros que
son realmente bajos en purinas. No es necesario eliminar por completo las carnes rojas, pero sí moderar
su consumo. Además de esto, se recomienda beber 2 litros de agua diariamente, realizar ejercicio y evitar,
dentro de lo posible, el estrés.
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