La
vida no admite representantes "porque nadie puede saber por ti. Nadie
puede crecer por ti.
Nadie puede buscar por ti y nadie puede hacer por ti lo
que tú mismo debes hacer".
Las personas que han aprendido a ser más independientes
no tiene más confianza en sí mismas porque sí, sino porque se le han sabido
ganar. Han aprendido a tomar decisiones sin necesidad de abrir un período de
consultas y han superado esas dudas que a todos nos invaden en un momento u
otro de la vida: "¿podré hacerlo yo solo/a?, ¿me saldrá bien?,
"¿entenderán mi necesidad de...?", etc.
Querer
es poder
Nunca es tarde para hacer oír tu voz, reservar un espacio
para ti o atreverte a hacer cosas nuevas. No depender de los demás para ir a
ver una exposición, aprender a colgar un cuadro o visitar a ese/a amigo/a al
que hace tanto tiempo que no ves, por poner varios ejemplos, te dará muchas
satisfacciones y hará que te sientas muy orgulloso/a de ti.
Gana
autonomía. Si estás acostumbrado/a a un consultarlo todo con tu pareja,
tus padres, tu jefe/a, etc., empieza por tomar pequeñas decisiones. Si el
problema es que nunca vas solo/a a los sitios porque la compañía de los demás
te da cierta seguridad, ponte un día a prueba y verás como te desenvuelves como
pez en el agua. Tal y como recoge la sabiduría popular: "La necesidad
agudiza el ingenio" o "la necesidad hace maestros".
Confía
en tu criterio. Muchas veces, ya sea por falta de costumbre o por
inseguridad, nos sumamos a las opiniones de los demás. Plantéate cuál es tu
verdadera visión de los temas que más te preocupan, exprésala y demuéstrate que
tienes un pensamiento propio, igual de
valioso que el de los demás.
Escucha
tu interior. En ocasiones, estamos tan absortos en nuestra faceta de
madre/padre, de pareja de hijo/a, etc., que dejamos de vernos como personas
independientes, con nuestras propias necesidades personales, inquietudes,
deseos y metas, Recuerda que ningún vínculo afectivo debería producir en ti una
sensación de asfixia o de falta de libertad. De ser así, intenta poner límites
a la situación.
Crea
tu propio espacio. En la vida de una pareja, en las relaciones
familiares o entre amigos, se ha de cultivar una parcela de intimidad. Es
"esa habitación propia". Es normal, por tanto, que solo tú conozcas
la contraseña de acceso de tu "e-mail" personal y que no tengas por qué compartir con tu pareja el
secreto de un buen amigo/a o viceversa.
Hazte
un hueco. "tiene que existir ese espacio individual, porque nos
hace crecer como personas y enriquece nuestras relaciones". El peligro,
según esta terapeuta familiar, aparece cuando existe una dependencia tan grande
hacia otra persona que se deja de funcionar como un ser individual.
Levantarás pasiones. Las personas
independientes, que no significa lo mismo que solitarias, autosuficientes o aisaladas de la realidad, son muy
atractivas porque tienen un gran mundo interior, son atrevidas y saben respetar
los espacios de los demás, tanto como los suyos propios.
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