Una ley espiritual dice
que "todo llega para el bien", incluso lo que vemos como
"malo".
Llega para evolucionar
espiritualmente y pulirnos en el aprendizaje exigente del amor.
Por eso vimos hace años a Christopher Reeve, Superman, aceptando
en paz su parálisis total y su silla de ruedas y amando la vida.
También es impactante el caso del ciclista Lance Armstrong
desahuciado en el año 1996. Tenía cáncer en el testículo, vientre, pulmones y
cerebro. Se superó y ganó siete veces seguidas del Tour de Francia.
Otra ley espiritual dice
que "todo se pasa". Creemos que el mal es eterno pero al final todo
está bien.
Lo importante es no sucumbir y avanzar paso a paso, viviendo el
ahora sin los azares del futuro y las cargas del ayer.
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