El
cielo está en el corazón de los que aman, y el infierno está en el corazón de
los que andan en el desamor.
El cielo y el infierno sí existen y tú los creas con tu modo de vivir: amando y sirviendo o lejos de la luz y la bondad.
Eres
un espíritu que ahora está en un cuerpo material y viniste sólo a una cosa:
evolucionar en el amor.
Pero esa no es una tarea fácil, porque eso implica conocerse, controlarse y pulirse cada día.
Lo fácil es “vivir” atrapado por lo cómodo, lo superfluo, el placer desbordado y todo lo material.
Basta acallar las voces internas y girar sin
control y sin límites hasta que llega una fuerte sacudida.
Habitualmente es una enfermedad, un accidente
o una muerte que están ahí para despertarte y ubicarte.
Pero
también puedes aprender sin estrellarte y crear el cielo en la tierra con un
amor real. ¿Qué prefieres?
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