A
los 90 años de edad, la actriz norteamericana Betty White se encuentra
disfrutando de un exitoso segundo aire en su carrera.
White, quien comenzó en la televisión a principios de la
década de los 50, es la estrella del exitoso programa de televisión Hot in
Cleveland y la creadora y productora del reality show Off Their Rockers. A una edad en la que muchas
personas se han retirado a la mecedora, ella está muy ocupada ideando, creando
y viviendo su vida a plenitud.
Si crees que Betty es una excepción, te aseguramos que no
es así. Cada día más personas demuestran que pueden permanecer activas y
productivas sin importar la edad. Y no hablamos de la salud física, sino de la agilidad mental; de la
capacidad de seguir creando, aprendiendo y participando en la vida incluso a
los 90 años de edad... y después.
¿Cuál es su secreto? En el caso de White, décadas de
memorizar guiones de cine, de producir programas de televisión y de hablar en
público la han ayudado a conservar la memoria y a mantener la mente clara y en
forma.
Esto
nos lleva a las buenas noticias: aunque el deterioro cognitivo leve, la
enfermedad de Alzheimer y la demencia senil son más comunes a partir de los 70
años de edad, hoy los científicos e investigadores de enfermedades geriátricas
han llegado a conclusiones muy interesantes... y alentadoras.
NUEVAS CONEXIONES
Antiguamente se creía que el cerebro tenía un número limitado
de células, y que cuando estas se gastaban, el deterioro mental en la vejez era
inevitable. Hoy, de la misma manera que sabemos que la persona que se ejercita
físicamente todos los días puede conservar un alto grado de movilidad y de
flexibilidad hasta muy avanzada edad, también se ha hecho un descubrimiento muy
interesante del cerebro: que este fascinante órgano es capaz de crear nuevas
conexiones y de activar diferentes áreas cuando se entrena de forma adecuada.
En otras palabras, muchos científicos creen que si lo cuidas y lo mantienes
activo, puedes crear una especie de reserva cognitiva que te ayudará a estar
ágil y creativa mentalmente, incluso con el paso de los años.
1.
ALIMÉNTATE BIEN
La llamada Dieta mediterránea, que es rica en pescado,
vegetales, legumbres y aceite de oliva, no solo es buena para el corazón, sino
también para el cerebro. La idea es eliminar o reducir los alimentos cargados
de colesterol y de grasas ?malas? (como la saturada y la hidrogenada), y de
aumentar el consumo de frutas, vegetales, antioxidantes y grasas ?buenas?, como
el ácido graso omega-3, que se encuentra en algunos pescados.
2.
EJERCÍTATE
La actividad física mantiene el cerebro sano, pues
favorece la buena circulación de la sangre. Si no tienes tiempo de ir a un
gimnasio, no te preocupes. Los expertos dicen que caminar es el ejercicio más
completo y, aparte de unos zapatos tenis, no requiere de más equipo. ¿Más
buenas noticias? Si tu meta es dedicarle 30 minutos diarios, puedes dividirlo
en caminatas cortas de 10 minutos cada vez. Consulta con tu médico sobre el
ejercicio más adecuado para ti.
3.
REDUCE EL ESTRÉS
No es para que te asustes, pero ¿sabías que cuando las
ratas de laboratorio son sometidas a descargas de las hormonas que producen el
estrés, como el cortisol, partes de su cerebro comienzan a morir? Bueno, quizás
sí es como para que te asustes. El estrés afecta todo tu organismo y abruma el
cerebro con esas descargas tóxicas. Hacer ejercicios, escuchar música,
practicar técnicas de relajamiento como la meditación y/o el control de la
respiración pueden ayudarte a reducirlo. De hecho, un estudio llevado a cabo
por la doctora Sarah Lazar, en el Hospital General de Massachusetts, halló que
las personas que meditan, con el paso de los años experimentan un cambio
positivo que, a su vez, favorece la estructura física de su cerebro. Su clima
emocional interior es más sereno, feliz y vital.
4.
RELÁJATE Y DUERME
Disfrutar de un sueño profundo e ininterrumpido es
reparador para todo el organismo y, sobre todo, para el cerebro. Si duermes
poco, si te despiertas a menudo durante la noche o si procesas las
preocupaciones y los eventos del día mientras duermes, tu mente no descansa
igual.
5.
¡USA EL CEREBRO!
Como pasa con los músculos, que pierden su tonicidad y su
flexibilidad cuando no los ejercitas, el cerebro pierde facultades si no lo
mantienes activo y estimulado. En otras palabras: si no lo usas, lo dañas. Aquí
tienes estos pasos que puedes empezar a dar desde ahora para mantenerlo sano,
flexible y activo toda tu vida.
Aprende
algo nuevo. Toma clases de fotografía, estudia un idioma, recibe clases
de guitarra... Esto mantiene el cerebro ágil y crea esas conexiones de las que
hablamos.
Resuelve
crucigramas y juegos de palabras. Analizar las definiciones para buscar
la palabra adecuada es como tomar una clase de ejercicios aeróbicos para la
mente. Armar rompecabezas es otro pasatiempo que estimula tu cerebro.
Ejercita
la memoria. Aprende los números de teléfonos de tus amistades, poemas,
canciones y la lista del supermercado. En la computadora, haz juegos de memoria
como Brain Age con el sistema de videojuegos portátil Nintendo DS.
Mantente
informada. Estar al día en las noticias y comentarlas con otros agudiza
tu mente y tu capacidad de análisis. Lee diferentes tipos de libros:
biografías, novelas, autoayuda, etc. Descubrir nuevas formas de pensar abre tu
mente y la mantiene flexible.
No
uses la calculadora. Suma, resta, multiplica y, si puedes, haz los
cálculos en tu mente. Esto te mantendrá clara y enfocada.
Cambia
la rutina. Si siempre tomas el mismo camino para ir al supermercado, si
escuchas la misma emisora de radio o si todo lo que haces por la mañana tiene
un orden rígido... cambia las cosas de vez en cuando. Esto despierta tu cerebro
y te obliga a ver todo desde una nueva perspectiva.
Escucha
a Mozart. Se ha descubierto que dos piezas en particular de este genio
de la música -Sonata en D mayor para dos pianos y Concierto de piano número 23-
tienen un efecto muy positivo en el cerebro, pues aumentan su actividad.
Cultiva
un pasatiempo. Pinta, escribe, recopila fotos para un álbum, observa los
pájaros, teje, borda o cocina platillos gourmet. Disfrutar de cualquier
actividad que te guste es bueno para tu cerebro, porque te mantiene interesada
y te inunda de las llamadas hormonas de la felicidad.
Socializa.
Mantén un círculo de buenas amistades con las que puedes compartir diferentes
actividades; ofrece tus servicios de voluntaria en la organización caritativa
que más te motive; únete a un club de lectoras; viaja, aunque solo sea a las
áreas de tu ciudad que no conoces o toma clases de baile.
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