Mamá, papá o educador, si usted ve varios
de estos síntomas en un joven, ojo, el tema es bien grave:
Desgano, ansiedad, insomnio o exceso de sueño, sentimientos de culpa,
alteraciones del comportamiento.
Aumento o disminución del apetito, disminución de la energía vital,
bajo estado de ánimo, pensamientos negativos.
Lo más seguro es que por la mente de ese chico o chica ya rondan las
ideas de suicidio.
Con calma tienda puentes de comunicación y
afecto que saquen a ese ser del túnel oscuro en el que anda.
De seguro hay serios vacíos de amor, batallas
internas, sinsentido y un preocupante eclipse espiritual.
Siempre hay salidas, pero el que ya ha perdido la fe
no las ve y necesita una sabia guía.
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