Es
hora de usar el dinero que ahorró durante su vida y no guardarlo para que lo
disfruten los que no conocen el sacrificio de haberlo conseguido.
No
es época de inversiones por maravillosas que parezcan pues sólo le traerán angustias
y ya es tiempo de paz y
tranquilidad.
Deje
de preocuparse por la situación financiera de hijos y nietos; no se sienta culpable de gastar
su dinero en usted mismo.
Ya
les ofreció lo posible como buena educación.
Ahora la responsabilidad es de ellos.
Sea un poco egoísta pero no usurero. Salga a pasear y dese los gustos
de los cuales se privó para que a otros no les faltara lo necesario.
Tenga
una vida saludable, sin grandes esfuerzos físicos.
Haga
gimnasia moderada y aliméntese bien.
Compre lo mejor y más fino.
En esta época, un objetivo clave es gastarse el dinero en usted, en sus gustos y
caprichos.
Recuerde que después de muerto el dinero sólo genera
odios y rencores.
Nada
de angustiarse por poca cosa. En la vida todo pasa, sean los buenos momentos que
deben ser recordados, sean los malos que deben ser rápidamente olvidados.
Independiente de la edad, mantenga vivo el amor siempre.
Cuide
su presencia personal y manténgase limpio. Sea vanidoso: frecuente al peluquero, arréglese las uñas,
vaya al dermatólogo, al dentista, y use perfumes y cremas con moderación.
Si ya no es joven y guapo, esté por lo menos bien cuidado.
Nada de ser muy moderno, intente más bien ser clásico. No haga el ridículo
con peinados y atuendos hechos para jovencitos.
Esté
al día. Lea libros y periódicos, oiga radio, vea buenos programas en la TV,
ingrese a internet, envíe
y responda e-mails, abra cuentas en las redes sociales, llame a los amigos.
Respete la opinión de los jóvenes, manifiésteles la suya
pero no discuta con ellos
a pesar de estar convencido que están equivocados.
No
viva sólo de recuerdos y jamás use la expresión “en mis tiempos”, pues
“su tiempo es hoy”.
Resista
a la tentación de vivir con hijos o nietos y sólo visítelos o esté con
ellos como invitado.
Consiga más bien un ama de llaves cuando no de más o el
fin esté próximo.
Puede
ser divertido convivir con gente de su generación y, lo más importante, no dará
trabajo a nadie.
Cultive
un “hobby” como viajar, caminar, cocinar, leer, bailar, cuidar plantas,
pintar, jugar cartas con los amigos, ingresar a Internet, ser voluntario o
coleccionar algo.
Haga
lo que le guste y lo que sus recursos le permitan.
Propóngase
siempre aprender algo nuevo o útil y no quedarse al margen de los
adelantos tecnológicos.
Acepte
invitaciones a eventos sociales o culturales. Visite museos, vaya al
cine.... lo importante es salir de casa por un rato. Pero no se disguste si no lo invitan porque a
veces no se puede. Recuerde que cuando usted era joven tampoco invitaba
a sus padres a todo.
Hable
poco y oiga más pues su vida y pasado sólo le interesan a usted. Si le
preguntan sobre algo, sea
breve y procure hablar sólo de cosas buenas y agradables.
Jamás
se lamente. Hable en tono bajo y cortés. No critique y acepte las
situaciones tal como son. Todo es pasajero.
Los
dolores y las molestias estarán siempre presentes, no las vuelva más
problemáticas de lo que son hablando sobre ellos. Trate de minimizarlos.
Al final, lo afectan solamente a usted y
son problemas suyos y de
sus médicos.
Permanezca
en su religión y disfrute contar con la compañía de Dios. Lo bueno es
que en breve, podrá hacer sus pedidos personalmente.
Ría,
ría mucho, ría de todo. Usted es un suertudo pues ha tenido una vida, y
la muerte será sólo una nueva etapa incierta, así como fue incierta toda su
vida.
Si alguien le dice que usted ya no hace nada de
importancia, ignórelo y no se preocupe. Usted ha hecho muchas cosas importantes. Recuerde lo que dice Mario Benedetti: “No te rindas, por favor no
cedas aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se
calle el viento. Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque
cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento”.
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