Dios amoroso, dame los ímpetus del
principiante y ayúdame a ser optimista y pertinaz.
Quiero
creer cuando los miedos me acechan, quiero ser firme y no estar en la cuerda
floja.
Contigo siempre presente como mi Amado
se van las dudas y las penas punzantes.
Padre
bendito, dame la paciencia del pescador y el arrojo de los aventureros y los
exploradores.
Elijo creer en ti y en mí, y eso me
convierte en un ser seguro, lleno de fe e intrépido.
Tú,
Señor, me das la claridad
del visionario y así logro descifrar cualquier acertijo de la vida.
Te amo,
mi Dios y sé que tú me
sacas del fango y me ayudas a volar como las águilas.
Amigo Dios, eres mi fuerza, alejas la
pesadumbre y siembras en mi alma semillas de fe, esperanza y amor.
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