Miedos.
Muchas
veces tenemos miedo... miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer, miedo
de lo que podrían pensar si lo intentamos.
Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.
Decimos
que no, cuando queremos decir que sí. Nos callamos cuando queremos gritar y
gritamos con todos cuando deberíamos cerrar la boca.
¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener
miedo. Entonces basta.
Haz
algo que nunca hiciste. Atrévete.
Olvídate que te están mirando. Intenta la jugada
imposible. Corre el
riesgo.
No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser
uno más.
Nadie
te ata. Nadie te obliga. Sé tú mismo.
No tienes nada que perder y todo, todo, todo por ganar.
Muchas veces creemos en el destino, rezamos, esperamos
que las cosas pasen y nos
olvidamos de lo más importante: ¡Creer en nosotros mismos!
Nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que
cada día que pasa nunca volverá.
Nada
está escrito, nada está hecho, ni siquiera lo imposible, todo depende de
nuestra voluntad, de esa fuerza que nos sale de adentro, de decir
"si puedo" a cada desafío.
Tenemos el poder, cuando estamos decididos, cuando
estamos convencidos.
Cuando
de verdad queremos algo, no hay obstáculo capaz de imponerse.
Si queremos podemos llegar alto, sólo hay que
proponérselo.
Si sueñas con ser el mejor del mundo... Si sueñas con los
aplausos...
Si sueñas con ganar campeonatos... Despiértate!
Dentro de ti hay 206 huesos y más de 700 músculos
esperando, sólo falta tu decisión, tus ganas de jugar como nunca.
Enfréntate
a tu destino, no seas un espectador, pide la pelota, se su dueño.
Exígete
más y más, vive sin domingos.
Corre
cada día un poco más lejos.
Salta cada día un poco más alto.
Conviértete en tu propio ídolo.
Súmate a dar vuelta el marcador.
Cuando
no esperes nada de los demás, cuando sientas que cada tanto depende de ti, se
fortalecerá tu espíritu.
Y poco a poco, las voces se convertirán en ovación, tus respiros se llenarán de
logros, y tu vida de sentido.
Están
los que usan siempre la misma ropa, están los que llevan amuletos, los que
hacen promesas, los que imploran mirando al cielo, los que creen en
supersticiones, y están los que siguen corriendo, cuando le tiemblan las
piernas, los que siguen jugando, cuando se les acaba el aire.
Los que siguen luchando, cuando todo parece perdido, como
si cada vez fuera la última.
Convencidos
que la vida misma es un desafío, sufren pero no se quejan, porque saben que el
dolor pasa, el sudor se seca, el cansancio termina, pero hay algo que
nunca desaparecerá: la satisfacción de haberlo logrado.
En
sus cuerpos corre la misma sangre, lo que los hace diferentes es su espíritu,
la determinación de alcanzar la cima. Una cima a la que no se llega superando a
los demás, sino
superándose a uno mismo.
¡Tiempo
sobra para los mediocres, pero tiempo falta para realizar tus sueños!
El
miedo paraliza y no permite que la reacción adecuada pueda manifestarse.
Aquello que llamamos "nuestros sueños", es
justamente lo que hemos venido a hacer, que nada detenga la manifestación de
tus sueños.
"Bastan
las amarras que te sujetan, no crees todavía otras"
"Aunque llueva alrededor de ti, todos los días el Sol brilla en
la Tierra.
No te olvides de esto, para que no queden tantas
simientes por germinar"
"No
sueñes al dormir: ¡sueña despierto! ¡Afirma el Poder!..."
"Y lleva
siempre contigo la fórmula: ¡Yo
Soy capaz! "
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