Llevas
años trabajando para una empresa, tratando de cumplir lo mejor posible con tus
obligaciones, esforzándote, dando media vida por un salario y sin embargo, una
mañana cualquiera te encuentras cara a cara con tu carta de despido. ¿Por qué
yo? Se preguntan muchos.
La crisis, el departamento iba mal, no se cumplieron las
metas, la reforma laboral, eras más barato de despedir que tu compañero o
simplemente las circunstancias.
Y ahí estas, solo con poco dinero. Si, con unos meses de
paro, pero… ¿cuando encontrarás un trabajo? Tendrás suerte si te sale algo parecido a lo que hacías
antes en tu anterior empresa.
¿Y los jóvenes universitarios? Eso casi es peor. Llegó el
día, aprobé mi ultima asignatura y ¡Bien! Ya soy licenciado. Te encuentras con tu recibo
bancario en la mano justo después de haber pagado las tasas de tu título
universitario y te diriges a secretaría a entregarlo. ¿Y ahora qué? Pues lo
mismo que al que acaban de despedir de su empresa o el que no encuentra
trabajo, pero además probablemente con menos dinero en el bolsillo.
Situaciones diferentes, tal vez, pero el mismo punto de partida. No tengo trabajo ¿Qué puedo
hacer? Cualquier día me puede pasar a mí y puede que me gustase que
alguien me diese consejo. Así que voy a anotar en estas líneas lo que puedo y
no debo hacer si no tengo trabajo algún día. Espero que te sirva de algo si es
este tu caso.
Bien,
empecemos. Tu principal activo eres tu mismo. Los recursos de que dispones son tu experiencia,
tus conocimientos y tu tiempo. Al igual que cualquier otro tipo de
activo, algunos de tus recursos se pueden incrementar y acumular (Conocimiento
y experiencia) y otros son limitados y precisan de una gestión eficiente (Tu
tiempo).
¿Y
el dinero? El dinero es importante, pero no imprescindible. De cualquier
modo ahorra y reduce gastos. No es momento de derrochar, haz un presupuesto y
libérate de todo gasto que sea prescindible.
Tienes
que mantener una rutina. Si te levantabas a las 7 para ir a trabajar o
para ir a la universidad sigue haciéndolo. Es muy importante que mantengas un
horario sincronizado con el resto de mundo activo. Evita trasnochar y entrar en un círculo vicioso de
acostarte a deshora y levantarte tarde. De otro modo te volverás
perezoso y tendrás la sensación de que los días pasan monótonamente sin
provecho alguno.
Sal
de casa, hazte visible y exprime tus contactos.
Visita
a ese amigo que trabajaba en la empresa de la competencia.
Queda a tomar un café con aquel compañero de la universidad que no veías hace
años.
Habla
con tus familiares y amigos, cuéntales tu situación. Es una forma
excelente para que la gente te tenga en cuenta si se enteran de alguien que busca gente para trabajar.
Si que quedas en casa lamentándote no conseguirás nada.
Tienes que cuidarte. Como he dicho tu principal activo
eres tu mismo.
Evita
caer en la dejadez. Mantente en forma, haz deporte y cuida tu imagen.
Además de sentirte bien contigo mismo, transmitirás una imagen favorable al exterior y te
ayudará a reforzar tu estado de ánimo. ¿Quién quiere contratar a un tipo
desaliñado y tristón?
Un
poco de planificación estratégica. Piensa en tus fortalezas y debilidades. Haz
una lista con lo que te gusta hacer.
Piensa
en los trabajos que te gustaría desempeñar y mira el perfil requerido en
las ofertas de trabajo.
Busca
puntos en común entre tus habilidades, tus gustos y lo que demanda el mercado.
Y ponte las pilas para complementar tu formación si es necesario.
Acumula
conocimiento y actualiza tu preparación. Internet está lleno de buenos
sitios en los que puedes adquirir formación para mejorar tu capacitación.
Busca
en internet información sobre todo tipo de cursos, muchos de ellos gratuitos.
Lee
libros sobre la temática que quieres cultivar. Recuerda que existen las
bibliotecas o cómprate unos cuantos libros y hazte un master a medida.
Busca
un trabajo por todos los medios posibles y desde el minuto uno.
Actualiza
tu curriculum y date de alta en todos los buscadores de empleo.
Aprovéchate
de las redes sociales para buscar trabajo y pedir ayuda. No te olvides
de las redes profesionales como Xing o LinkedIn para publicitar tu cv.
Potencia
tus habilidades.
Colabora
en una ONG o fundación sin ánimo de lucro para seguir activo, ayudar a
los demás, darte a conocer en otros entornos y llenar huecos en tu historial
laboral.
Véndete
en internet. Crea un blog o escribe en uno como invitado. Ayuda a los
demás y demuestra tus conocimientos. Aprovecha tu escaparate virtual para
lograr contactos de trabajo.
No
te olvides del autoempleo. Si no encuentras un trabajo, fabrícatelo. Es
posible que sea mas duro que trabajando por cuenta ajena, pero también podrás ganar mas
dinero.
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