Chips
más rápidos, computadoras más rápidas, teléfonos más rápidos, noticias más
rápidas, comida más rápida, ciclos más rápidos de productos, transacciones más
rápidas, cuerpos más rápidos, cerebros más rápidos, vidas más rápidas.
Lo más rápido siempre es mejor, o al menos eso es lo que
nos dicen.
Pero
entre más rápido corremos, nos quedamos más atrasados. ¿Cómo podemos romper con
este ciclo frenético? A continuación, varios tips.
1.Lea
un libro verdaderamente largo y exigente.
Mucha gente hoy en día está leyendo y escribiendo más que
nunca antes pero están
leyendo y escribiendo de manera distinta: corto, rápido y al grano.
Leer
libros serios toma tiempo, y desarrolla virtudes sumamente necesarias,
pero subvaloradas en nuestro mundo conectado. Reflexión, concentración, paciencia, y sensibilidad
a la oscuridad, sutileza y complejidad. No lea libros de transcendencia en una
pantalla: la palabra luce distinta en la página impresa. El libro físico le da
a las obras el peso, la textura, y el olor que se pierden en la pantalla. Evite apresurarse, saltarse
pasajes y leer por encima. Lea lentamente, después de vuelta a la página para
releer lo que acaba de leer. Haga una pausa para subrayar líneas y doblar las esquinas
de páginas memorables. Mantenga un cuaderno de papel en donde pueda documentar sus pensamientos y
preguntas.
2.Resístase
a la nueva cosa nueva
Las miles de personas acampan y se forman en filas
durante días afuera de las tiendas de Apple han sido estafadas a pensar que lo
nuevo es siempre mejor. El iPhone había sido lanzado justo antes de que Obama
fue elegido presidente, y ha habido un modelo nuevo en cada año de su gobierno.
El truco de la venta es
crear un deseo en donde no hay una necesidad. Lo que se promociona como
innovación es realmente una estrategia para expandir el mercado acelerando la
fabricación de productos. Antes de que trabaje más horas para ganar
suficiente dinero para comprar la nueva cosa nueva, pregúntese a sí mismo, ¿esto mejorará mi vida o
será solo otra cosa que me obligue a hacer lo que realmente no quiero hacer?
3.Reserve
tiempo cada semana para sentarse solo en silencio y reflexionar.
Oscar Wilde en una ocasión observó, “No hacer nada es un trabajo muy
difícil”, especialmente para los adictos a la velocidad. La reflexión importante debe
hacerse a solas en silencio, sin las distracciones incesantes de nuestro
mundo ruidoso. Pero el silencio se ha vuelto tan inusual como la oscuridad. ¿Cuándo fue la última vez que el
silencio lo rodeó o se encontró en una sala completamente oscura con todos los
dispositivos electrónicos desconectados y sin luces rojas, verdes, anaranjadas
o azules parpadeando? Quítese los audífonos, apague su teléfono y
monitores. Simplemente
siéntese y piense. No importa en donde empiece: podría ser un evento
trivial del día anterior, un problema que ha estado evitando, una idea que no
ha tenido tiempo de profundizar. Deje que su mente vuele libremente y lo llevará a lugares que nunca
antes se ha imaginado.
4.Pode
su propio césped.
Nunca confíe en alguien que no poda su propio césped. Rodeados de monitores y viviendo
en burbujas, hemos olvidados los placeres del trabajo físico y hemos perdido el
contacto con el mundo material y natural. La diversión se ha convertido en trabajo, y el ejercicio
se ha convertido en una obsesión. Una sesión de ejercicio de siete
minutos, una hora en la cinta rodadora, o correr bajo cronometro mientras
escucha su iPod no es un descanso de un ritmo de vida frenético sino una
prolongación del mismo. Abandone
su mundo virtual y tómese un tiempo para regresar a la tierra. Ensúciese las manos, cargue
piedras pesadas, cuide flores hermosas, descubra el placer en el trabajo físico.
La tierra tiene un ritmo propio que no se puede apresurar, y cuando pierde el
contacto con la tierra, pierde nuestra humanidad. Si se detiene durante
suficiente tiempo para cultivar la reflexión cultivando la tierra, el eje de la
realidad a veces se mueve, aunque sea ligeramente.
5.Intente
imaginar su último acto.
Cuando
enfrente una decisión importante, intente imaginar cómo será vista esa decisión
cuando reflexione sobre la misma cerca del final de su vida. Los valores
cambian con la edad. Si hace una pausa lo suficientemente larga para
reflexionar, descubrirá que lo que parece importante durante la mañana y el
mediodía de la vida a menudo parece ser una distracción sin sentido a medida
que se acerca la noche. ¿Por qué andaba tan apresurado? ¿De qué se trataba toda
esa prisa? ¿Por qué estaba indispuesto a detenerse y permanecer? ¿Si el tiempo es la cosa más
preciada que tiene, por qué permite que tanto del mismo se escape?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios