Creen que es la composición genética de
las diferentes cepas de bacterias lo que es más importante debido a que el ADN
en las bacterias puede variar mucho.
Un
nuevo trabajo ha encontrado que no existe una relación significativa entre el índice de masa corporal
(IMC) y los tipos de microbios intestinales.
Varios estudios científicos recientes
han afirmado que el microbioma intestinal, la gran variedad de bacterias que
viven en el estómago y los intestinos, puede ser el culpable de la obesidad. Un nuevo trabajo
liderado por Katherine Pollard, de los Institutos Gladstone, en San Francisco,
Estados Unidos, ha encontrado que no existe una relación significativa entre el
índice de masa corporal (IMC) y los tipos de microbios intestinales.
El
laboratorio de Pollard, que presentará sus resultados en el simposio 'La
obesidad y el microbioma' en la reunión anual de la Asociación Americana para
el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés), que se celebra en San
José, California, Estados Unidos, halló que hubo una mayor variabilidad en las bacterias intestinales
entre los diferentes estudios analizados que entre los individuos delgados y
obesos dentro de cada trabajo.
Pollard
cree que es la composición
genética de las diferentes cepas de bacterias lo que es más importante debido a
que el ADN en las bacterias puede variar mucho. Por ejemplo, mientras
que los genomas de dos seres humanos sólo pueden diferir en un 0,1 por ciento,
en dos cepas de la misma bacteria puede variar un 30 por ciento, similar a la
variación entre los genomas de humanos y ratones. Además, las diferencias en los genomas bacterianos son a
menudo piezas importantes que están involucradas en el metabolismo o el
procesamiento de azúcar y grasa.
Cuando
se estudian los microbiomas usando la metagenómica --secuenciación de su ADN
total--, las diferencias
en el tamaño del genoma bacteriano pueden sesgar la estimación de la proporción
de cada gen en la muestra. Mediante el desarrollo de un método
computacional simplificado para calcular rápidamente el tamaño del genoma
utilizando modelos estadísticos, el equipo de Pollard ha sido capaz de mejorar
la precisión de los estudios del microbioma.
"No es suficiente decir qué tipo
de especies bacterianas están presentes, porque esto no explica qué están
haciendo
-señala Pollard--. Como
dos cepas de la misma especie pueden tener genomas diferentes, realmente
se necesita saber qué genes están ahí y qué papel juegan con el fin de vincular
la microbiota intestinal de una persona con el IMC o la enfermedad".
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