Cuenta la historia que
dos amigos fueron a visitar a un sabio Maestro y hablaron uno después del otro:
- Yo, dijo el primero, vivo feliz porque la gente me aplaude y me elogia
sin cesar.
- Yo por el contrario vivo triste porque algunas personas me critican y me juzgan sin
piedad, dijo el segundo.
El sabio les dijo que fueran al cementerio y allí gritaran toda clase de halagos e insultos
a los muertos.
Así lo hicieron y cuando regresaron el sabio les preguntó: ¿Qué
respondieron los muertos?
- Nada dijeron.
- Perfecto, es una buena lección de cómo hay que manejar las
críticas y las alabanzas: Como un muerto.
El alma está en paz
cuando no se busca aprobación y, por lo mismo, hacemos caso omiso de los
ataques y los halagos.
No eres lo que dicen los
demás
y por eso debes seguir imperturbable, digan lo que diga
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