El papa Francisco ha publicado su
primera exhortación apostólica, titulada "Evangelii gaudium" (la
alegría del Evangelio)
Este
es un resumen de las frases más importantes y profundas de este documento
pontificio
“La humanidad vive un giro histórico (…) Son de alabar los avances que
contribuyen al bienestar (…) Pero no podemos olvidar que la mayoría de los
hombres y mujeres vive precariamente el día a día (…) El miedo y la desesperación
se apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países
ricos” (Pg.45).
"La alegría de vivir
frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la
inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para
vivir con poca dignidad" (Pg.45).
"No puede ser que no sea noticia
que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de
dos puntos en la bolsa" (Pg.45).
"La cultura del bienestar nos
anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos
comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos
parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera"
(Pg.46).
"La adoración del antiguo becerro
de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero
y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente
humano" (Pg.47).
"El afán de poder y de tener no
conoce límites" (Pg.48).
"No compartir con los pobres los
propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los
bienes que tenemos, sino suyos" (Pg.49).
"¡El dinero debe servir y no
gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación,
en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos."
(Pg.49).
"Os exhorto a la solidaridad
desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser
humano" (Pg.49).
“Cuando la sociedad abandona en la periferia a una parte de sí misma,
no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que
puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Y no solo porque la inequidad
provoca la reacción violenta de los excluidos, sino porque el sistema social y económico es injusto en
su raíz”. (Pg.50)
"En la cultura predominante el
primer lugar está ocupado por lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido,
lo superficial, lo provisorio,. Lo real cede lugar a la apariencia. Las raíces se
deterioran con la invasión de otras culturas económicamente desarrolladas pero éticamente debilitadas”
(Pg. 52).
"Vivimos en una sociedad de la
información que nos satura indiscriminadamente de datos, todos en el
mismo nivel, y termina llevándonos
a una tremenda superficialidad a la hora de plantear las cuestiones morales. Se
vuelve necesaria una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de
maduración en valores" (Pg.55).
"La familia atraviesa una crisis
cultural profunda. El matrimonio tiende a ser visto como una mera forma
de gratificación afectiva. Pero su aporte a la sociedad supera el nivel de
emotividad. El matrimonio no procede del sentimiento amoroso efímero, sino de una unión de vida total”.
(Pg.56)".
"Dios no se oculta a aquellos que
lo buscan con un corazón sincero, aunque lo hagan a tientas, de manera
imprecisa y difusa" (Pg.60).
"Nuestro dolor y nuestra
vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los
propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor"
(Pg. 63).
"Llama
la atención que aun quienes aparentemente poseen sólidas convicciones
doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo de vida que los lleva a aferrarse a seguridades
económicas, o a espacios de poder y de gloria humana que se procuran por
cualquier medio, en lugar
de dar la vida por los demás en la
misión" (Pg.65).
"El inmediatismo ansioso de estos
tiempos hace que
los agentes pastorales no toleren fácilmente lo que signifique alguna
contradicción, un aparente fracaso, una crítica, una cruz" (Pg.67).
"La mayor amenaza es el gris
pragmatismo de la vida cotidiana (…) La fe se va desgastando y degenerando en mezquindad.
Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos
en momias de museo (…) ¡No
nos dejemos robar la alegría evangelizadora!" (Pg.67).
"Una de las tentaciones más
serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que
nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre. Nadie puede emprender una lucha
si de antemano no confía plenamente en el triunfo" (Pg.69).
"Estamos llamados a ser
personas-cántaros para dar de beber a los demás. A veces el cántaro se
convierte en una pesada cruz, pero fue precisamente en la cruz donde,
traspasado, el Señor se nos entregó como fuente de agua viva. No nos dejemos robar la
esperanza!" (Pg.71).
"¡Dios nos libre de una Iglesia
mundana bajo ropajes espirituales o pastorales! Esta mundanidad
asfixiante se sana tomándole el gusto al aire puro del Espíritu Santo"
(Pg.79).
"El mundo está lacerado por las
guerras y la violencia, o herido por un difuso individualismo que divide
a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio
bienestar" (Pg.79).
"¡Atención a la tentación de la
envidia! ¡Estamos
en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto! Pidamos la gracia de
alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos" (Pg.80).
"Pidamos
al Señor que nos haga entender la ley del amor. ¡Qué bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos
los unos a los otros en contra de todo!" (Pg.81).
MÁS VISIBILIDAD A LOS LAICOS
"La formación de laicos y la
evangelización de los grupos profesionales e intelectuales constituyen un
desafío pastoral importante" (Pg.82).
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