He aquí veinte consejos fundamentales para que toda dieta
consiga su objetivo.
Además
hay que acompañar esto con el ejercicio físico para quemar calorías. En caso
contrario los kilos perdidos se recuperan pronto.
Las dietas, por lo general, sólo eliminan más líquido del organismo que grasas.
Por ello es conveniente
cambiar de hábitos alimenticios para asegurarse una vida más sana.
Existen multitud de regímenes adelgazantes pero todos ellos necesitan una base
para llegar a buen puerto. He aquí algunos consejos fundamentales para que toda
dieta consiga su objetivo.
Consejos
1.
La dieta debe ser variada. No hay que olvidar ningún grupo de alimentos.
La alimentación ha de ser
equilibrada. La regla consiste en no abusar de la cantidad de alimentos
hipercalóricos e insanos.
2.
El régimen ha de ser suave. Las dietas rápidas que prometen la pérdida
de muchos kilos a la semana, a
la larga producen problemas de salud y se recuperan los kilos perdidos.
Lo más saludable es perder
entre medio y un kilo semanal.
3.
Repartir las comidas en cinco tomas diarias. No hay que saltarse una
comida importante. Dos deben ser comidas consistentes y las otras tres más
ligeras.
4.
El desayuno ha de ser fuerte. El mejor desayuno aporta entre un 20 y un
25% del aporte calórico diario.
5.
Hay que cenar pronto. Al menos dos horas antes de acostarse. Por la
noche el metabolismo se ralentiza y los alimentos se acumulan como grasas más
fácilmente.
6.
El agua es fundamental. Hay que beber mucho, unos dos litros diarios. El
agua mantiene la línea porque no tiene calorías.
7.
Cocinar lo justo. Esto es muy importante. Se deben pesar las raciones. Las sobras son una
tentación peligrosa.
8.
La sal debe desaparecer. Basta con un poco. Comiendo los mismos alimentos sin sal se
pierde peso y se gana en salud. Sin cambiar de alimentación se pierde volumen.
9.
Usar aceite de oliva en las comidas. Una cucharada al día no aporta
muchas calorías y ayuda a mantenerse sano por sus ácidos grasos
monoinsaturados.
10.
Las cantidades de comida ingeridas han de ser menores. Para perder peso
se debe reducir el número de calorías diarias.
11.
Las grasas son enemigos de la dieta. Aportan demasiadas calorías. Por ello se
recomienda cocinar al vapor, a la plancha y utilizar el microondas. La cocina
natural además es más sana y mantiene mejor las vitaminas y minerales de los
alimentos.
12.
La comida es un placer. Hay que disfrutar comiendo. La dieta no debe ser
una tortura. Por ello es positivo variar los menús. Una dieta que hace sufrir
no es una buena dieta.
13.
No obsesionarse con la báscula. Hay que pesarse una vez semanalmente sin ropa y en ayunas.
Perder peso es un logro progresivo.
14.
No picar entre horas. Hacerlo entre las comidas lo único que consigue es
almacenar grasas y tira por tierra todos los esfuerzos por cumplir la dieta. Si
no se puede evitarlo, lo mejor es comer trocitos de fruta, yogures descremados..., que
calman el hambre sin consumir calorías.
15.
Limitar el consumo de alcohol. Los licores tienen bastantes calorías. Hay que
evitar su ingestión, sobre todo después de comer.
16.
Masticar los alimentos tranquilamente. Comer despacio hace que se saboree mejor la comida
y además consigue que se coma menos. El cuerpo reacciona con señales de
saciedad a los veinte minutos de comenzar a comer. Así, se ingiere sólo lo
necesario.
17.
El deporte es fundamental. El ejercicio físico siempre elimina grasas y
quema calorías. Además tonifica el organismo. Es una garantía de salud.
18.
Hay que analizar las sensaciones. A veces se come por encontrarse
deprimido, agobiado... La comida se suele convertir en un sustituto emocional y
se come sin hambre.
19.
Adelgazar, ¿por qué? Por decisión propia. La decisión de perder peso es
una elección personal e intransferible.
20. El consejo de un especialista en nutrición ayuda a
marcarse objetivos realistas. Además seguirá la evolución de la dieta.
Poca grasa
Sus
conclusiones demuestran que la dieta más eficaz para perder peso es la pobre en
grasa y rica en hidratos de carbono. Mejor incluso que las que aconsejan
disminuir la ingestión de calorías o grasa, únicamente.
Al parecer, éstos trabajos demostraron que las personas obesas tienden a
consumir más grasa y menos hidratos de carbono. Parte de este
comportamiento se basa en que las personas con sobrepeso muestran una apetencia
natural por la grasa que, en ocasiones, puede deberse a costumbres familiares,
aunque también existe un condicionante genético. Para comprobar que la dieta es
efectiva y que realmente lo que se está perdiendo no son sólo líquidos sino
grasa, se puede utiliza un
medidor de grasa corporal.
Las virtudes de los carbohidratos
Las
dietas ricas en carbohidratos (frutas, verduras, pasta, arroz, cereales,
legumbres, hortalizas) tienen más agua y más fibra. Además poseen menos
densidad energética que las ricas en grasa. Por eso, hay que consumir una gran
cantidad de alimentos para conseguir un cierto nivel de energía. Estas además
tienen más potencial para provocar sensación de saciedad.
Además, a favor de los carbohidratos está el hecho de que
son relativamente
ineficaces como sustrato para transformarse en grasa en el organismo.
Para conseguir este fin se necesita utilizar el 23% de las calorías ingeridas,
mientras que las grasas solo necesitan utilizar el 3% de la energía ingerida
para ser almacenadas.
Independientemente
del estilo de dieta que se elija, es importante tomárselo con calma.
Especialmente en el caso de las personas que sufren de sobrepeso, lo ideal es perder una
proporción de 20 kilos en un año.
La dieta de la Pirámide Invertida es otro remedio
universal. Hay que comer
mucho más en el desayuno, con la salvedad de que éste debe tomarse, a
más tardar, media hora
después de levantarse. Después le seguirá una comida con tres platos:
ensalada, verdura y carne o pescado a la plancha.
Divida
el plato de comida en 4 partes: Dos partes deben estar con la ensalada, una
parte con proteína (carne o pollo o pescado a la plancha) y la otra cuarta
parte con una harina (Papa o arroz o platano etc)
También es necesario saber tratar los desmoralizantes
bloqueos que tienen lugar en todas las dietas. El ejercicio es un importante aliado en estos casos.
Caminar una hora diaria o hacer una hora de natación, aerobic o footing cada
dos días puede ser muy efectivo. Realizar dietas puente, mucho menos
estrictas, cada cierto número de semanas aportará un grado de felicidad.
Lo fundamental, sin embargo, es recordar que si se come muy poco el metabolismo
basal baja a unos mínimos. Esto provoca que, a poco que esa persona se
vuelva a pasar en la dieta, recuperará rápidamente su peso anterior.
Para
conseguir la imagen deseada hay que marcarse metas fáciles de alcanzar. Es
necesario aclarar también los motivos por los que una persona quiere adelgazar
y cuántos kilos le sobran. El especialista en nutrición debe tomar
partido sobre la forma de llevarla a cabo para determinar si hay alguna causa
por la que una persona determinada aumenta de peso y si existen patología o
contraindicación alguna.
El problema es que muchas personas no eligen la ocasión
idónea para empezar un tratamiento. Cuando llega el calor y es hora de desnudar
los cuerpos, se lanzan precipitadamente a dejar de comer y empiezan las catástrofes.
Lo ideal es buscar una
época de estabilidad fuera de los excesos de trabajo y lejos de la llegada de
las vacaciones.
Una medida lógica y muy efectiva es retirar todas las tentaciones de la nevera.
¡Fuera los alimentos que más engordan! Rodearse de estímulos positivos como ropa atractiva o un
gráfico con el peso perdido puede ser un buen aliciente. El secreto para
conseguir llegar sano a la foto finnish es un cóctel de paciencia y disciplina.
Las
personas que quieren adelgazar tienen claro que hay algunos alimentos
prohibidos: el pan, la pasta, los cereales y las legumbres. Sin embargo,
la literatura científica actual desmiente esta creencia. Según los estudios, los carbohidratos sacian más e
incrementan el gasto calórico. Es hora de comer pan.
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