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VIVO ENTRE LO QUE SIENTO Y LO QUE DISIMULO. A VECES PIERDO EL EQUILIBRIO

 

Hay días en que el corazón parece un campo de batalla. Un lugar donde mis emociones más genuinas, esas que brotan sin permiso, se enfrentan a la máscara que el mundo espera que use. Vivo entre lo que siento y lo que disimulo, una danza constante que, a menudo, me deja exhausto y sin aliento.

Es como si tuviera dos yo: uno que grita, ríe a carcajadas, llora sin pudor, se indigna o ama con una intensidad abrumadora. Y otro, el que se ajusta, el que sonríe cuando quiere gritar, el que asiente cuando quiere disentir, el que calla cuando la verdad le quema la lengua. Este segundo yo, el disimulado, es el que me permite transitar por la sociedad sin chocar, el que me ayuda a mantener una imagen, a evitar conflictos o a parecer "normal".

Pero esta dualidad tiene un precio. A veces, pierdo el equilibrio. La balanza se inclina demasiado hacia un lado o hacia el otro, y la tensión se vuelve insoportable. Cuando lo que siento desborda la contención, me siento vulnerable, expuesto, como si hubiera revelado un secreto íntimo. Y cuando el disimulo gana demasiado terreno, me siento vacío, desconectado de mí mismo, prisionero de una fachada que me asfixia.

Anhelo la autenticidad, esa libertad de ser sin filtros. Sin embargo, la realidad me enseña que la vida exige cierta prudencia, cierta capacidad de navegar las aguas de lo social sin zozobrar. La clave, supongo, está en encontrar ese punto medio, ese equilibrio precario pero vital, entre la honestidad de mi alma y las demandas del mundo exterior. Quizás, al final, la verdadera sabiduría resida en aprender a disimular menos y a sentir con más valentía, pero siempre con compasión y discernimiento.

 

 

Análisis sobre el Tema desde Varias Perspectivas

El acto de vivir entre lo que se siente y lo que se disimula, y la consecuente pérdida de equilibrio, es un fenómeno profundamente humano que puede analizarse desde diversas ópticas:

Perspectiva Psicológica

Desde la psicología, este conflicto se relaciona con la disonancia cognitiva, la tensión que surge cuando una persona sostiene dos o más creencias, ideas o valores inconsistentes, o cuando su comportamiento contradice sus actitudes. El disimulo puede ser un mecanismo de defensa para proteger el ego, evitar el rechazo o mantener una imagen social. La constante represión de las emociones y la falta de autenticidad pueden llevar a problemas de salud mental como ansiedad, depresión, estrés crónico y baja autoestima. La incapacidad de expresar libremente lo que se siente puede generar una profunda sensación de alienación y desconexión con el propio ser.

Perspectiva Sociológica

La sociedad impone normas y expectativas culturales que a menudo dictan cómo debemos sentir y expresar nuestras emociones. El disimulo se convierte en una herramienta para adaptarse a estas normas, ya sea para encajar en un grupo, mantener el orden social o evitar la desaprobación. Conceptos como la "fachada" o el "rol social" son fundamentales aquí. En ciertos contextos, como el laboral o el familiar, la expresión genuina de emociones puede ser percibida como debilidad o falta de profesionalismo, incentivando el disimulo.

Perspectiva Filosófica

Filosóficamente, el tema aborda la autenticidad vs. la inautenticidad. Pensadores existencialistas como Jean-Paul Sartre o Martin Heidegger exploraron la idea de cómo las personas pueden vivir una vida poco auténtica al conformarse con las expectativas externas en lugar de abrazar su propia libertad y responsabilidad. La búsqueda de la verdad personal y la coherencia entre el ser interior y el exterior es un tema central. La tensión entre lo que se es y lo que se aparenta ser puede llevar a una crisis de identidad.

Perspectiva Espiritual/Moral

Desde una perspectiva espiritual, el disimulo puede ser visto como una falta de integridad o honestidad consigo mismo y con los demás. Muchas tradiciones espirituales promueven la transparencia, la verdad y la coherencia entre el pensamiento, la palabra y la acción. El conflicto entre el sentir y el disimular puede ser un obstáculo para el crecimiento espiritual, ya que impide una conexión genuina con el yo interior y, en un contexto religioso, con lo divino. La idea de "pecado" o de alejamiento de la propia esencia puede surgir en este contexto.

Perspectiva de la Comunicación

En el ámbito de la comunicación, el disimulo se manifiesta en la comunicación no verbal y las incongruencias entre lo que se dice y lo que se expresa con el cuerpo, el tono de voz, etc. La falta de coherencia entre el mensaje verbal y no verbal puede generar desconfianza y dificultar la construcción de relaciones genuinas. La asertividad, la capacidad de expresar las propias necesidades y sentimientos de manera clara y respetuosa, es una herramienta crucial para reducir la necesidad de disimular.

 

 

Tabla Comparativa: Pros y Contras de Disimular Emociones

Aspecto

Pros de Disimular Emociones

Contras de Disimular Emociones

Relaciones Sociales

Evita conflictos, mantiene la paz, facilita la aceptación social, protege de juicios.

Genera relaciones superficiales, dificulta la intimidad, puede llevar a malentendidos.

Salud Mental

Puede ser un mecanismo de afrontamiento temporal ante situaciones estresantes.

Estrés crónico, ansiedad, depresión, baja autoestima, sensación de soledad.

Profesional/Laboral

Mantiene una imagen de profesionalismo, evita represalias, facilita el ascenso.

Agotamiento emocional (burnout), insatisfacción laboral, falta de autenticidad.

Autoprotección

Protege la vulnerabilidad, evita ser herido o manipulado.

Impide el crecimiento personal, limita la expresión del verdadero yo.

Carga Emocional

Permite posponer la confrontación de emociones difíciles.

Acumulación de emociones reprimidas, estallidos incontrolables, somatización.

Toma de Decisiones

Puede permitir un análisis más racional al no dejarse llevar por la impulsividad.

Desconexión con la intuición, toma de decisiones que no están alineadas con los valores.

 

 

Frases Célebres sobre el Tema

·    "La verdad os hará libres." – Jesús de Nazaret (Juan 8:32)

·    "Ser uno mismo en un mundo que constantemente trata de hacerte algo diferente es el mayor logro." – Ralph Waldo Emerson

·    "Lo contrario de valentía no es cobardía, es conformismo." – Rollo May

·    "Dondequiera que la vida reprime la vida, hay enfermedad." – C.G. Jung

·    "La máscara que usamos para enfrentar al mundo está hecha para ocultar lo que somos, no para revelarlo." – Octavio Paz

·    "Nuestras vidas son poco autenticas en la medida en que vivimos de acuerdo con un guion escrito por otros." – Martin Heidegger

·    "La autenticidad es la alineación de tus palabras, acciones y valores." – Brene Brown

·    "No hay nada tan agotador como la inautenticidad." – Anne Morrow Lindbergh

·    "El dolor que no se expresa se queda en ti y se transforma en enfermedad." – Viktor Frankl

·    "El acto más valiente es pensar por uno mismo en voz alta." – Coco Chanel

 

 

Conclusiones y Recomendaciones

Conclusiones

Vivir entre lo que se siente y lo que se disimula es una experiencia universal, a menudo impulsada por la necesidad de adaptación social y autoprotección. Sin embargo, este constante acto de equilibrismo, si no se maneja con consciencia, puede tener costos significativos en nuestra salud mental, emocional y en la calidad de nuestras relaciones. La autenticidad, aunque a veces desafiante, es fundamental para una vida plena y significativa. La pérdida del equilibrio no es un fracaso, sino una señal de que es necesario revisar nuestras estrategias y buscar mayor coherencia entre nuestro mundo interior y exterior.

Recomendaciones

   Cultivar el Autoconocimiento: Dedica tiempo a identificar y comprender tus emociones. ¿Qué sientes realmente en diferentes situaciones? ¿Por qué tiendes a disimular ciertas emociones?

   Practicar la Asertividad: Aprende a expresar tus pensamientos y sentimientos de manera honesta, respetuosa y directa. Esto no significa ser impulsivo, sino comunicar tus necesidades y límites.

   Establecer Límites Saludables: Reconoce cuándo y dónde es apropiado ser completamente transparente y cuándo es prudente ejercer cierta reserva. No necesitas compartirlo todo con todo el mundo.

   Buscar Apoyo: Hablar con un amigo de confianza, un familiar o un profesional de la salud mental puede ser invaluable. Compartir tus luchas reduce la carga y te brinda perspectivas externas.

   Perdonarse a Uno Mismo: Entiende que es natural disimular en ocasiones. No te juzgues duramente por ello. El objetivo es reducir la necesidad de hacerlo, no erradicarla por completo.

   Priorizar el Bienestar Emocional: La autenticidad no es solo una virtud, sino una necesidad para tu salud. Si el disimulo te está agotando, es una señal de que necesitas un cambio.

   Practicar la Vulnerabilidad Consciente: Elige momentos y personas seguras para mostrarte vulnerable. Esto fortalece las relaciones y te permite experimentar la libertad de ser tú mismo.

 

 

REFLEXIONES DE UN SACERDOTE CATOLICO

La vida terrenal nos presenta un constante desafío: vivir con autenticidad en un mundo que a menudo nos invita a la máscara. "Vivo entre lo que siento y lo que disimulo. A veces pierdo el equilibrio", es el eco de un corazón que anhela la verdad. Recordad las palabras del Señor: "La verdad os hará libres". Cuando reprimimos nuestro sentir, nos alejamos de la plenitud que Dios nos ofrece. La gracia divina nos llama a la coherencia, a la unidad de espíritu y acción. No temáis mostrar vuestra verdadera esencia, pues en la vulnerabilidad hallamos la fortaleza y la genuina conexión con el prójimo y con nuestro Creador. Busquemos siempre el equilibrio en la oración y en la entrega sincera, confiando en que Dios nos ama tal como somos. Amén.


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