La
felicidad necesariamente depende de actuar con buena conciencia y caminar en
coherencia.
Sin esas actitudes pueden tener alegrías fugaces y placeres,
pero no logras ese estado
dorado llamado felicidad.
Una
conciencia despierta te permite actuar con amor y sin
causar daño a los seres vivos, incluso animales y plantas.
Es triste ver a personas que deambulan por ahí como el judío
errante, sin rumbo, sin paz y sin descanso.
Son
de esos que hacen sin saber o saben sin hacer, piensan una
cosa, dicen otra y hacen lo contrario.
Por lo mismo, ve a tu interior, ama en el instante, piensa antes
de actuar y busca siempre
la mejor versión de ti mismo.
Tu mejor tesoro es disfrutar de paz interior y eso lo logras si
eres fiel a dos principios: actuar
con amor y honestidad.
A eso debe llevarte la religión que sigues
porque si no es así, estás
en el camino equivocado y debes tomar conciencia.
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