Amiga
mía, lo sé, solo vives por él... pero él no te ve, no como yo. No ve lo que yo veo cada vez que
susurras su nombre en medio de suspiros. No ve la fuerza con la que tu corazón late por alguien
que, sin darse cuenta, te tiene esperando una palabra, un gesto, un abrazo.
He escuchado sus confesiones entre copas,
sé que sueña contigo, pero
sigue ciego ante todo lo que eres. Esos botones que desabrochas pensando en sus manos, esa
ilusión que te consume por dentro. Me duele verte así, deseando a alguien que no sabe
lo afortunado que es por tenerte soñando con él.
Amiga, yo quisiera poder cambiar tu historia, llenar tus días de
victorias, regalarte no solo poesías, sino sueños nuevos, ilusiones que
te devuelvan la sonrisa. Pero
no sé cómo hacerte entender que tú mereces más, mucho más que esperar migajas
de atención.
Eres
una princesa en un cuento infinito, pero ese cuento no tiene por qué girar
solo alrededor de él.
Tú vales tanto por ti misma, por
todo lo que llevas dentro, por esa luz que brilla en tu mirada, aunque ahora
esté apagada por alguien que no te sabe apreciar.
Amiga, si me escuchas, si alguna vez te permites ver
más allá de lo que ahora te hace sufrir, sabrás que aquí estoy, para ti. No
para contarte tu historia, sino para acompañarte en cada capítulo de lo que
está por venir. Porque al final del día, esta historia me importa tanto
porque eres mi amiga, y verte feliz es lo único que deseo.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios