Un
estudio demostró que las mujeres de entre 40 y 60 años que se animan a hacer
ejercicio de intensidad moderada son mucho más felices y más propensas a seguir
haciendo actividad física que aquellas que ejercitan más intensamente, reveló
un estudio reciente
Un
equipo reunió a 255 mujeres de entre 40 y 60 años para hacer ejercicio moderado
o intenso y controló las reacciones de las voluntarias. El grupo que entrenó
con intensidad moderada fue dos veces más propenso que la otra cohorte a decir
que sentía más energía y confianza en poder seguir con la rutina. La mayoría
sintió también menos tristeza y ansiedad.
“El ejercicio hace que uno se sienta bien,
pero es más placentero cuando se realiza con intensidad moderada, en especial
si antes uno era sedentario y tenía sobrepeso”, dijo la autora principal del
estudio, doctora de la Penn State University, en Pensilvania.
Las
mujeres de mediana edad son el grupo más sedentario y sus niveles de actividad
física disminuyen con la edad. Sería importante comprender cómo el ejercicio a
distinta intensidad modifica el estado anímico.
El equipo de la Universidad Técnica de Oriente
Medio en Ankara, Turquía, estudió a 255 mujeres que no estaban utilizando terapia
hormonal. Todos los días, durante dos semanas, las participantes registraron
las actividades y los sentimientos. Al principio del estudio, las mujeres realizaron dos sesiones de
ejercicio moderado o intenso.
La rutina intensa incluyó ejercicio en cinta
hasta el punto de no poder tolerar la intensidad, mientras que la rutina
moderada fueron 30 minutos en una cinta al ritmo elegido por cada participante.
Todas las participantes utilizaron un
acelerómetro, un dispositivo pequeño para controlar el gasto energético y el
tiempo de los ejercicios a distintas intensidades.
El
equipo observó que el ejercicio de intensidad moderada hacía que más mujeres
tuvieran mejor estado anímico y sintieran más energía, bienestar psicológico y
“autoeficacia”, especialmente entre las participantes obesas o con sobrepeso.
Las
mujeres que hicieron ejercicio intenso tuvieron menos beneficios en cuanto al
estado anímico. Las que tenían sobrepeso o síntomas de
alguna enfermedad manifestaron “una reducción significativa de la calma”
después de cada sesión.
Los ejercicios de intensidad moderada son:
caminar vigorosamente, bailar, andar en bicicleta en terreno parejo o con
algunas elevaciones, andar en canoa, arreglar el jardín (podar arbustos) y
practicar deportes como béisbol, softball, voleibol, tenis (dobles) y gimnasia
en el agua.
Elavsky explicó que el ejercicio moderado es
aquella “actividad que permite conversar con oraciones cortas, pero no cantar”.
La autora espera que el estudio les demuestre
a las mujeres que el ejercicio es una herramienta poderosa para mejorar el
bienestar, sin necesidad de exagerar el nivel de exigencia personal. Además, “el ejercicio moderado debería recomendarse
a todos los pacientes sin los requisitos que establecen las guías de actividad
física o que están fuera de estado, con sobrepeso u obesidad”.
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