¡Muy sabias las palabras!
Que
tus despertares te despierten.
Y que al despertarte, el día que comienza te entusiasme.
Y
que jamás se transformen en rutinarios los rayos del Sol que se filtran por tu ventana
en cada nuevo amanecer.
Y que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo
mas positivo de cada persona que se cruce en tu camino.
Y
que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque "solo"
se trate de pan y agua.
Y que encuentres algún momento durante el día , aunque
sea corto y breve, para elevar tu mirada hacia lo Alto y agradecer, por el
milagro de la salud, ese misterio y fantástico equilibrio interno.
Y
que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos.
Y que tus brazos, abracen.
Y
que tus besos, besen.
Y que los atardeceres te sorprendan, y que nunca dejen de
maravillarte.
Y que llegues cansado y satisfecho al anochecer por la
tarea satisfactoria realizada durante el día.
Y
que tu sueño sea calmo, reparador y sin sobresaltos.
Y que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco el
valor de las cosas con su precio.
Y
que no te creas mas que nadie, porque, solo los ignorantes desconocen que no
somos más que polvo y ceniza.
Y que no
te olvides, ni por un instante, que cada segundo de vida es un regalo,
un obsequio, y que, si fuésemos realmente valientes, bailaríamos y cantariamos
de alegría al tomar conciencia de ello.
Como un
pequeñísimo homenaje al misterio de la vida que nos acoge, nos abraza y nos
bendice.
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