Varios casos:
1.- Jay Sorensen, fundador de Java Jacket, Portland. Oregon: sustituyó las servilletas alrededor de los vasos de café por un aro de papel que permite sostener los contenedores sin quemarse. Una vez que Sorensen obtuvo la idea, probó todas las posibilidades para materializarla. Comenzó con Starbucks, que usaba en ese entonces doble vaso. Negoció con esta empresa durante nueve meses, pero terminó acudiendo a expendios locales de café. Hoy en día los mayores clientes son los grandes distribuidores.
2.- Suna Polat, emprendedor de tecnología. Cuidado femenino y de bebés, Procter & Gamble. Cincinnati, Ohio: A.G. Lafley, para entonces CEO, retó a que el 50% de las innovaciones de la empresa viniera de fuentes externas, como una vía para lograr productos más económicos y de manera más rápida. La tarea de Polat y sus empleados es encontrar ideas. Así, por ejemplo, en el desarrollo de pañales para bebés, durante el 2002, se buscaba un material que permitiera “respirar”. La solución vino del trabajo de un profesor de la Universidad de Massachusetts. Anteriormente, en 1990, cuando P&G quería una alternativa para hacer los pañales más económicos, la opción se descubrió en Los Alamos National Laboratory, con gente que trabaja con bombas nucleares.
3.- Bruce Mau. Fundador de Bruce Mau Design Inc., Estudio de Diseño. Toronto, Ontario: para este creador, el proceso de invención debe ser desarrollado fuera del mundo normal. Se trata de “besar sapos”: se puede tener una cantidad cosas y convertir sólo una de ellas en el príncipe. La invención de un producto supone, además crear la información que rodea dicho producto. Es el caso de la venta de un automóvil. Los vendedores no tratan de colocar un sólo automóvil, sino diez. Venden, además, la relación, la comunicación, la experiencia de tener un medio de transporte.
4.- Mark Stefik, investigador y gerente, Laboratorio de Ciencias y Tecnologías de la Información. Centro de Investigación de Palo Alto: en esta organización se ha creado una “ecología de innovación”: un grupo de gente y organizaciones cuyas contribuciones hacen que los descubrimientos sean posibles. No se debe tener a personas de una misma disciplina o de áreas muy dispares que no se puedan entenderse entre sí. La idea es presentar al grupo un problema de inicio que los haga motivarse. Para cada innovación se plantean dos cosas: lo que es posible y lo que es necesario.
5.- David M. Lederman, presidente y CEO de Abiomed. Danvers, Massachusetts : su tarea es construir corazones artificiales. Cuando comenzó hace treinta años, la tendencia era hacer algo realmente importante, obtener logros que nadie hubiera obtenido. La tecnología necesaria no existía todavía. No obstante, en la espera, el grupo logró varios inventos, una bomba introaórtica, una válvula artificial para el corazón y un sistema de asistencia cardíaca.
Cualquiera sea la invención, siempre hay que tomar en cuenta que hay que estar abiertos y listos para el potencial de los productos. Además hay que estar preparados para los fracasos. No hay un camino único, se debe volver a lo esencial y trabajar muy duro.
1.- Jay Sorensen, fundador de Java Jacket, Portland. Oregon: sustituyó las servilletas alrededor de los vasos de café por un aro de papel que permite sostener los contenedores sin quemarse. Una vez que Sorensen obtuvo la idea, probó todas las posibilidades para materializarla. Comenzó con Starbucks, que usaba en ese entonces doble vaso. Negoció con esta empresa durante nueve meses, pero terminó acudiendo a expendios locales de café. Hoy en día los mayores clientes son los grandes distribuidores.
2.- Suna Polat, emprendedor de tecnología. Cuidado femenino y de bebés, Procter & Gamble. Cincinnati, Ohio: A.G. Lafley, para entonces CEO, retó a que el 50% de las innovaciones de la empresa viniera de fuentes externas, como una vía para lograr productos más económicos y de manera más rápida. La tarea de Polat y sus empleados es encontrar ideas. Así, por ejemplo, en el desarrollo de pañales para bebés, durante el 2002, se buscaba un material que permitiera “respirar”. La solución vino del trabajo de un profesor de la Universidad de Massachusetts. Anteriormente, en 1990, cuando P&G quería una alternativa para hacer los pañales más económicos, la opción se descubrió en Los Alamos National Laboratory, con gente que trabaja con bombas nucleares.
3.- Bruce Mau. Fundador de Bruce Mau Design Inc., Estudio de Diseño. Toronto, Ontario: para este creador, el proceso de invención debe ser desarrollado fuera del mundo normal. Se trata de “besar sapos”: se puede tener una cantidad cosas y convertir sólo una de ellas en el príncipe. La invención de un producto supone, además crear la información que rodea dicho producto. Es el caso de la venta de un automóvil. Los vendedores no tratan de colocar un sólo automóvil, sino diez. Venden, además, la relación, la comunicación, la experiencia de tener un medio de transporte.
4.- Mark Stefik, investigador y gerente, Laboratorio de Ciencias y Tecnologías de la Información. Centro de Investigación de Palo Alto: en esta organización se ha creado una “ecología de innovación”: un grupo de gente y organizaciones cuyas contribuciones hacen que los descubrimientos sean posibles. No se debe tener a personas de una misma disciplina o de áreas muy dispares que no se puedan entenderse entre sí. La idea es presentar al grupo un problema de inicio que los haga motivarse. Para cada innovación se plantean dos cosas: lo que es posible y lo que es necesario.
5.- David M. Lederman, presidente y CEO de Abiomed. Danvers, Massachusetts : su tarea es construir corazones artificiales. Cuando comenzó hace treinta años, la tendencia era hacer algo realmente importante, obtener logros que nadie hubiera obtenido. La tecnología necesaria no existía todavía. No obstante, en la espera, el grupo logró varios inventos, una bomba introaórtica, una válvula artificial para el corazón y un sistema de asistencia cardíaca.
Cualquiera sea la invención, siempre hay que tomar en cuenta que hay que estar abiertos y listos para el potencial de los productos. Además hay que estar preparados para los fracasos. No hay un camino único, se debe volver a lo esencial y trabajar muy duro.
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