Tony Meléndez es guitarrista y viaja por todo
el mundo con su música alegre y sus conciertos.
Las
personas lloran y muchos destierran las quejas al verlo feliz mientras toca la
guitarra con sus pies.
Nació sin brazos debido una droga fatídica
llamada Talidomida que le recetaron a su madre en el embarazo.
Pero ni Tony ni su madre se entregaron a la
pena y desde niño él se
aceptó y eligió superarse.
No lo sobreprotegieron, poco a poco avanzó y hoy deslumbra a todos como
ejecutante y cantante.
Hace años le cantó al papa Juan Pablo II en
EE.UU. y en Colombia ha
asombrado a miles con su arte, su fe y su tesón.
Es
un creyente feliz, está casado y dice que su secreto es
solo uno: "Confiar en
Dios y en mí mismo".
Tony maneja carro, se goza la vida y, al
verlo, uno se pregunta: ¿Dios
mío, qué más quiero hacer?
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