Las leyes espirituales son tan reales y
efectivas como las leyes físicas, pero son más poderosas.
Eso no
lo capta la gente corriente que corre, grita, compra o vende en un frenesí sin
espacios de paz.
Las leyes espirituales solo son
conocidas por aquellos que cuidan el alma y trascienden lo material.
Sí,
existe una realidad más profunda y el sabio se consagra a desentrañar su
misterio y quiere saber para qué estamos acá.
Una de
esas leyes espirituales dice que todo es pasajero y, por lo mismo, no hay que apegarse a nada.
Según
otra ley, todos somos uno
en Dios y los opuestos existen para complementarse.
Los
opuestos en realidad están en la mente y nuestra misión es buscar siempre la unidad en la diversidad.
La ley de la compensación es más conocida y según ella cada ser recoge siempre o que
siembra.
Pero lo que importa no es conocer las
leyes, es seguirlas y centrar la vida en el amor.
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