RECONOCE
LOS DEFECTOS DE TU PAREJA. Ninguna persona es perfecta, y
tu hombre tampoco lo es. Tú sabes cuáles son sus mayores defectos; es más, es
bueno que así sea. Conocer todo lo de tu pareja, incluyendo sus debilidades, es
un componente esencial de la intimidad. Sin embargo, en vez de subrayar y
aislar sus errores, trata de ver su imagen completa, y reparar también en las
cosas positivas. Descubre las virtudes de él y déjale saber que las conoces y
admiras. Las quejas y criticas sólo promueven el distanciamiento.
VENCE
TUS DUDAS. Cuando a causa de debilidades y errores que
todos normalmente comentemos, dudamos demasiado de nosotros mismos, terminamos
distanciándonos de todas las demás personas, incluyendo nuestra propia pareja.
CONFIA
EN ÉL. Dudar de él es tan destructivo para la intimidad
como dudar de ti misma. Confía en tu hombre y, en reciprocidad, él confiará en
ti. Concédele siempre el beneficio de la duda. Sé curiosa, no desconfiada. La
confianza es la fuerza más poderosa de la intimidad.
CRECE
JUNTO CON TU RELACIÓN. Las relaciones son cosas vivientes:
crecen, cambian, evolucionan. Habrá ocasiones en las que tu unión será muy
estrecha; otras, más distante. Aprende a expandirte y contraerte según lo hace
tu relación; pero muéstrale siempre que continúas confiando en el amor que los unió.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios